1
También llamado girola. Es un pasillo, prolongación de las naves laterales y que rodea por la parte trasera al presbiterio. Comenzó a utilizarse durante el Románico (s. X-XIII), sobre todo en las conocidas como iglesias de peregrinación que se levantaron a lo largo del Camino de Santiago, como la catedral de Santiago de Compostela. Este espacio permitía a los peregrinos visitar la iglesia sin interferir en el culto que se estaba celebrando en el altar principal.
2
Macizo de piedra adosado durante el Románico a la parte exterior de un muro, al que sirve de refuerzo para soportar la presión lateral o los empujes de una bóveda, como podemos observar en San Martín de Frómista, del siglo XI. En el Gótico está aislado, comunicado por el muro por un arbotante.
3
Representación de Cristo triunfante, con los evangelios en su mano izquierda y la derecha bendiciendo. Generalmente se le representa dentro de la mandorla mística y rodeado de los Tetramorfos o símbolos de los cuatro evangelistas. Fue muy común en el románico. El más destacado se encuentra en San Clemente de Tahull.
4
Conjunto de los símbolos iconográficos de los cuatro evangelistas: el ángel (San Mateo), el toro o buey (San Lucas), el león (San Marcos) y el águila (San Juan). Fueron muy utilizados en las portadas románicas (s. X-XIII),
5
Norma artística que alinea las cabezas a una misma altura, característicos de los programas escultóricos de los templos levantados durante el Románico (s. X-XIII), como en el caso de los relieves del claustro de Santo Domingo de Silos (s.XII).
6
Construcción elevada sobre el crucero de las iglesias, habitualmente tiene forma de torre de planta cuadrada u octagonal, que descansa sobre las pechinas y que sirve para acoger una bóveda o cúpula e iluminar el interior del edificio. Son frecuentes en el Románico y el Gótico.
7
Espacio de un templo donde se cruzan perpendicularmente dos naves, siendo una de ellas la principal, y la otra que se conoce como transepto. Sobre el crucero se levanta la cúpula o el cimborrio. Comenzó a utilizarse durante el Románico (s. X-XIII), en iglesias con planta de cruz latina.
8
Se dice el arco de medio punto o de otro tipo que sobrepasa, verticalmente, la media circunferencia. Esta prolongación se llama peralte. Es característico del arte prerrománico asturiano.
9
Cabecera, generalmente redondeada o poligonal, de la nave principal de un templo. Sus orígenes se remontan al Imperio Romano. En el Románico, el ábside suele estar abovedado y decorado con pinturas al fresco, destacando las pinturas de San Clemente de Tahull. También puede adosadas tener capillas más pequeñas llamadas absidiolos.
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tipo de arco característico del arte románico que refuerza la bóveda de cañón que cubre la nave central, descargando su peso en los pilares, y que en el exterior se corresponde con los contrafuertes.
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cuadro religioso sobre tabla, característico del arte bizantino. Predominan las representaciones de Cristo y la Virgen María, cuyos rostros presentan una gran frontalidad, rigidez y hieratismo con las que se pretende resaltar su espiritualidad. Las figuras son planas y los fondos dorados.