La
calle
de
Triana
en
la
visión
de
su
esplendor
:
ancha
,
moderna
,
rica
y
laboriosa
,
arteria
de
la
capital
.
.
.
La
calle
del
comercio
,
donde
ofrece
el
cálculo
sus
glorias
,
donde
el
azar
del
agio
se
ennoblece
y
se
hacen
y
deshacen
las
fortunas
.
Donde
el
estrépito
domina
y
se
traduce
en
ardor
,
donde
corre
sin
tasa
la
esterlina
y
es
el
spoken
de
rigor
.
El
sol
del
archipiélago
dorando
los
rótulos
en
lenguas
,
y
los
toldos
de
lona
proyectando
sombra
sobre
las
aceras
.
Y
por
ellas
peatones
de
vestes
y
semblante
abigarrados
;
y
,
cual
derivación
,
en
los
balcones
,
los
pabellones
de
los
consulados
.
Todo
aquí
es
:
las
gentes
que
van
tras
el
negocio
,
las
tiendas
de
los
indios
,
prodigiosas
,
y
el
Bank
of
British
,
de
especial
recuerdo
.
.
.
Extranjero
es
el
tráfico
en
la
vía
,
la
flota
,
los
talleres
y
la
banca
,
y
la
miss
que
,
al
descenso
del
tranvía
,
enseña
la
estirada
media
?
Todo
aquí
es
,
todo
es
vida
;
y
,
ebria
de
potestad
,
en
la
refriega
,
la
ciudad
,
cual
bacante
enardecida
,
al
desenfreno
se
entrega
.
.
.
Y
al
alma
,
que
es
,
al
fin
,
y
,
tanta
celeridad
le
da
quebranto
.
.
.
y
sueña
con
el
barrio
de
Vegueta
,
lleno
de
hispano
-
colonial
encanto
.
.
.
Grand
Canary
.
.
.
La
gente
ya
comprende
;
y
,
bajo
un
cielo
y
,
John
Bull
,
vestido
de
bazar
,
extiende
su
colonización
.
.
.
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