La Ley de la Manada
Del leopardo orgullo son sus manchas, honor del búfalo son sus cuernos.
¡Limpio! Pues del que caza se juzga a fuerza por el color de su piel.
Si acaso el toro te embiste y aterra, o una cornada del sambhur recibes,
por narrarlo el trabajo no abandones, pues cosa es que tenemos ya olvidada.
Nunca del cachorro débil y ajeno abuses; cual a un hermano debes mirarle,
que, aunque débil y torpe, es probable que a una osa -puede ser- tenga por madre.
Nadie corno yo! -jáctase el cachorro
cuando a sus plantas ve la primera pieza.
Pero él es pequeño, y grande, la Selva:
que medite en calma, porque ahora apenas empieza.
¡Limpio! Pues del que caza se juzga a fuerza por el color de su piel.
Si acaso el toro te embiste y aterra, o una cornada del sambhur recibes,
por narrarlo el trabajo no abandones, pues cosa es que tenemos ya olvidada.
Nunca del cachorro débil y ajeno abuses; cual a un hermano debes mirarle,
que, aunque débil y torpe, es probable que a una osa -puede ser- tenga por madre.
Nadie corno yo! -jáctase el cachorro
cuando a sus plantas ve la primera pieza.
Pero él es pequeño, y grande, la Selva:
que medite en calma, porque ahora apenas empieza.
Créé par
Ronald Sandoval C
Costa Rica