Leer el cuento e interpretar los elementos del cuento
Ninfa rota Texto: Alfredo Gómez Cerdá Editorial Anaya Colección Premio Anaya ISBN 978-84-698-4808-1 NINFA ROTA Roberto, A (2019) mencionaMarina es una jovencita que pasa por un mal momento, si así se puede llamar a depender de su novio. No sabe cómo ni por qué ella ya no es la misma. Se enamoró de Eugenio y poco a poco descubre que ya no es dueña de sus actos y ni siquiera de su corazón.No sabe cómo fue cambiando su vida sin darse cuenta, al principio pensaba que su novio tenía razón, que ella hacía las cosas mal, que sus amigos no la entendían, que si debía de actuar así o asá, siempre sintiéndose culpable.Desde el inicio de la novela el lector asiste a una exposición de ideas que parecen difusas, se mezclan historias reales, sueños y recuerdos infantiles de la protagonista que escribe cuanto recuerda o se le ocurre.
Un Psicólogo le aconseja a Marina que escriba un libro en el cual pueda expresar todo lo que siente. En el inicio del cuaderno, Marina recuerda cómo su madre, una enamorada de la mitología, le contaba por la noche varias historias legendarias de dioses.La mayoría de las veces la Ninfa —la propia Marina— está en una habitación a solas con el Fauno. Ella no sabe qué hace allí ni cómo ha llegado; las promesas de protección y seguridad que él le ofrece, además de la suerte de poder quererlo, lejos de calmarla acrecientan su inquietud. En un determinado momento, tras sus súplicas infructuosas para que la saque de ese lugar, busca sin éxito una salida en esas cuatro paredes sin ninguna puerta.
https://gramho.com/explore-hashtag/NinfarotaPero siempre el mismo tema con enfoques distintos o como caras de un poliedro que representa la experiencia de acoso sufrida por Marina. Su novio intentó desde el principio dominarla, según un amigo de él, lo de Eugenio es dominar a quien tiene cerca sea su novia o su amigo.Marina recapacita, analiza, piensa y siempre le asaltan las dudas, ¿era así Eugenio? ¿Ha hecho bien en dejarlo? ¿Podría hacer algo para recuperarlo?...Está en una encrucijada, y sabe que ha se salir ella sola, no basta con la ayuda de sus padres o de su mejor amiga, ella debe elegir su destino.Marina ha descubierto que su corazón ya no le pertenece, ya no es dueña de él. Se ha enamorado de Eugenio, el chico con el que sale, y poco a poco va descubriendo que tampoco es dueña de sus actos. ¿Por qué se va alejando de sus amigos? ¿Por qué Eugenio impone siempre su voluntad? La brusca ruptura de la relación complicará aún más las cosas. ¿Podrá vivir con el corazón devorado por serpientes? ¿Podrá vivir con la certeza de que el tiempo no cura nada, sino que es la perdición de todas las cosas? ¿Podrá encontrar el final de su zozobra?
Su mundo ha cambiado tras enamorarse de Eugenio, un compañero de clase. Él corresponde a ese amor, pero desde el primer momento ejerce de novio dominante, exige un control absoluto. Pide y obtiene de Marina las contraseñas de su ordenador y sus redes sociales sin una contrapartida igual por su parte. Siempre procura llevar las riendas en las conversaciones entre ambos y cualquier atisbo de contrariedad lo zanja con reproches que cuestionan los sentimientos de ella hacia él o con mutismos y respuestas cortantes que le hacen reconsiderar a Marina su comportamiento en cada ocasión.
Insiste en que rompa con sus amigos y de las palabras pasará a la acción sin importarle las consecuencias, como cuando irrumpe en la celebración del cumpleaños de Nerea y obliga a Marina a irse de malos modos, con el único propósito de que vuelva a casa y se quede allí sola. Si en el fondo ella alberga dudas, intenta obviarlas: «Era la primera vez en mi vida que experimentaba una sensación semejante. Todo era nuevo para mí. Y quizás las cosas que me desconcertaban, que no terminaba de comprender, solo formaban parte de un proceso aún desconocido» Esas imposiciones, que se traducen en una obediencia casi total por parte de Marina, preocupan y enfadan a Nerea —«Para sentirse bien necesita machacarte a ti» —, pero no colman al propio Eugenio, que pondrá fin a todo de forma repentina. Esta ruptura abrupta la sume en un gran desconcierto. Volcada aún más en sí misma, no cree que sus cavilaciones sean comprendidas por nadie.
zuesta comprender que él sea causa de dolor por su ausencia y que su persona se haya convertido en una obsesión inevitable, insertada tan profunda en su mente y sus sentimientos hasta hacerle preguntarse «¿Quién había tomado la decisión y me obligaba a caminar por una senda que yo no había elegido?» . tras la ruptura. Pero en la narración hay suficientes pistas que agrietan la imagen, más cercana al deseo que a la realidad vivida, que quiere pintar. No es casualidad o capricho que refiera su historia en un cuaderno, con una pluma estilográfica, y deseche la opción del ordenador o la tableta. Los sueños —pesadillas— protagonizados por la Ninfa y el Fauno de los que da cuenta casi nunca transcurren en los bosques y aguas, hábitat natural de la primera, sino en escenarios sombríos, opresivos, con una clara jerarquía de quién domina y somete, «con la figura del Fauno erguida sobre sus patas de macho cabrío; con la figura de la Ninfa tirada en el suelo, contorsionada, rota»;Con episodios en los que el diálogo siempre naufraga, en los que las peticiones de ayuda de la Ninfa no encontrarán respuesta mientras no comprenda que la clave reside en ella.Cuesta comprender que él sea causa de dolor por su ausencia y que su persona se haya convertido en una obsesión inevitable, insertada tan profunda en su mente y sus sentimientos hasta hacerle preguntarse «¿Quién había tomado la decisión y me obligaba a caminar por una senda que yo no había elegido?» (p. 135) tras la ruptura. Pero en la narración hay suficientes pistas que agrietan la imagen, más cercana al deseo que a la realidad vivida, que quiere pintar. No es casualidad o capricho que refiera su historia en un cuaderno, con una pluma estilográfica, y deseche la opción del ordenador o la tableta. Los sueños —pesadillas— protagonizados por la Ninfa y el Fauno de los que da cuenta casi nunca transcurren en los bosques y aguas, hábitat natural de la primera, sino en escenarios sombríos, opresivos, con una clara jerarquía de quién domina y somete, «con la figura del Fauno erguida sobre sus patas de macho cabrío; con la figura de la Ninfa tirada en el suelo, contorsionada, rota» (p. 164); son episodios en los que el diálogo siempre naufraga, en los que las peticiones de ayuda de la Ninfa no encontrarán respuesta mientras no comprenda que la clave reside en ella
Narra sobre un asunto como la violencia en la relación de pareja que se presta a una suerte de blanco o negro, Ninfa rota propone un acercamiento libre de prejuicios que persigue mostrar su complejidad a través del punto de vista de la víctima. Marina nos cuenta por qué se ve impelida a este amor y el lector termina el cuaderno íntimamente sorprendido de que ha llegado al desenlace de todo lo que le ha ocurrido ocurrido, pero no al final de la historia.
Así que ella escribe cuanto pasa por su mente, sabe que debe hacerlo, que Eugenio está enfermo, que lo domina un ser maléfico, que necesita ayuda pero ella debe rehacer su vida al margen de un acosador, aunque siga vinculado de alguna manera a él.La trama es conocida, Alfredo Gómez Cerdá no descubre nada nuevo, pero sí es el enfoque que le da a la historia. Un caso de acoso cuyos protagonistas son adolescentes, el hecho sucede cuando sus protagonistas empiezan a abrirse a la vida.A lo largo de las páginas el lector se enfrenta a cuatro textos diferentes. Por un lado lo que escribe en su cuaderno Marina con retazos de recuerdos familiares, por ejemplo, que su padre le contaba cuentos tradicionales y su madre le hablaba de mitología clásica.
Por otro lado hay escenas teatrales en las que los protagonistas son un fauno y una ninfa. El paralelismo entre la protagonista y su novio es más que evidente. Estos textos teatrales con sus acotaciones incluidas se intercalan a lo largo del volumen.También hay conversaciones directas de Alma con Eugenio a través de wasap.Y además hay poesía. Textos líricos cargados de emoción que se suman a la trama complementándola. Esta riqueza textual le da un aire especial a la novela y cautiva al que la lee, si bien hay que decir que es una novela atípica porque incluso la narradora sabe que lo anotado en su cuaderno no es una novela al uso, incluso no sabe cómo escribir el final. Ya lo descubrirá el lector, al que se invita a participar en el desenlace.
Muy buena obra que confirma la calidad literaria y humana de su autor, que sabe que “lo importante en la vida es el mientras tanto” como puso en boca de la bruja de su libro Nano y Esmeralda, publicado en 1987 y citado en este.
Muy buena obra la que confirma la calidad literaria y humana de su autor, que sabe que “lo importante en la vida es el mientras tanto” como puso en boca de la bruja de su libro Nano y Esmeralda, publicado en 1987 y citado en este.
https://gramho.com/explore-hashtag/NinfarotaEl libro engancha, y toca un tema muy necesario, la pluma del autor me ha encantado, escribe muy bien y de una manera muy delicada, y el que use la mitología para hacer referencia a esta pareja me ha parecido muy original y me ha encantado, le ha dado un toque muy especial a la novela, y relata muy bien cosas que tristemente pasan hoy en día, por lo que la novela me ha parecido que toca un tema muy necesario, y la veo una lectura ideal para ser obligatoria en los institutos, dejando al margen del final, que no considero que sea el mejor.
Es una historia que nos cuenta el difícil tema del maltrato, las relaciones tóxicas, celos, el acoso, desde el punto de vista de la víctima que en este caso es una adolescente. Una novela que remueve al lector y que el autor logra emocionar y cautivar al que la lee.
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