Explicación
El compostaje es un proceso biológico en el que los materiales orgánicos, como restos de comida y plantas, se descomponen naturalmente para formar compost, un abono rico en nutrientes que mejora la calidad del suelo. No se trata de un proceso químico ni de convertir plásticos o residuos peligrosos, sino de aprovechar desechos orgánicos.
Los materiales "verdes", como los restos de frutas y vegetales, son ricos en nitrógeno. Este elemento es esencial porque estimula la actividad microbiana, acelerando la descomposición de los materiales orgánicos en el compost.
Los materiales "marrones", como el papel y las hojas secas, aportan carbono al compost. El carbono es fundamental para equilibrar la proporción de carbono y nitrógeno, proporcionando energía a los microorganismos que descomponen los residuos.
El agua y el oxígeno son necesarios para que los microorganismos en el compost prosperen. El agua crea un ambiente húmedo adecuado para la descomposición, mientras que el oxígeno es esencial para la respiración de los microorganismos. Si el compost carece de oxígeno, puede volverse anaeróbico, lo que ralentiza el proceso y genera malos olores.
Esta es la temperatura óptima para la actividad de los microorganismos que descomponen los materiales orgánicos. A temperaturas dentro de este rango, la descomposición ocurre de manera eficiente, y la materia orgánica se transforma más rápidamente en compost.
Cuando el compost no tiene suficiente oxígeno, los microorganismos que requieren oxígeno no pueden prosperar. Esto conduce a la proliferación de bacterias anaeróbicas, que descomponen la materia de manera ineficiente y generan gases que causan malos olores.
El compost mejora la estructura del suelo, permitiéndole retener mejor el agua y los nutrientes. Esto favorece el crecimiento de las plantas y reduce la necesidad de riego y fertilizantes adicionales, ya que el suelo se vuelve más fértil y capaz de sostener la vida vegetal de manera saludable.
El compostaje transforma los residuos orgánicos en un recurso útil en lugar de enviarlos a los vertederos. Esto no solo reduce la cantidad de basura que se acumula, sino que también disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero que provienen de la descomposición anaeróbica de los desechos en los vertederos.