Contenido delos 10 tropos principales del Escepticismo
Para definir el término escepticismo, diremos que
consiste en la duda voluntaria acerca de todas las cosas excepto de los
fenómenos, estos últimos entendidos como una particular afección de nuestros
órganos sensoriales, no necesariamente correspondiente al objeto que la
provoca. Esta definición debe estar
presente en todo momento, de modo de no confundirnos nunca con los argumentos
que se presentarán.
“Los grandes
espíritus son escépticos”
Esta investigación no es un estudio histórico, sino
una recopilación de los principales argumentos dirigidos contra el dogmatismo,
su análisis, y cuando procede, su puesta en vigencia. Pretendemos mostrar que,
en la actualidad, resulta improcedente seguir creyendo en verdades absolutas,
correspondientes a cosas en sí, que la inteligencia es capaz de comprender, y
que le permiten obtener una ciencia definitiva.
Contra el absolutismo en la ciencia, encontramos ya
testimonios de relativismo en Jenófanes (c. siglo VI a. C.), fundador de la
escuela eleática, aunque sólo sea en parte. En efecto, se puede leer: “Jamás ha
habido, jamás habrá un hombre que conozca con certeza todo lo que digo de los
dioses y del universo. Aún cuando ese hombre encontrara la verdad acerca de
estos tópicos, no estaría seguro de poseerla: la opinión reina en todas las
cosas.”[5]
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1. LA DIVERSIDAD DE LOS ANIMALES
Existe diversidad de animales y no todos poseen los mismos órganos. Ahora bien, una modificación del órgano ha de modificar la percepción. Hemos de aceptar, entonces, que sus percepciones difieren de las nuestras. Esto se puede ver también en el efecto diferente que muestran las cosas sobre el organismo de los animales, por ejemplo, el aceite es bueno para los hombres, pero mata a las avispas y a las abejas; el agua del mar, bebida durante un tiempo prolongado, es un veneno para los hombres, pero, parece ser agradable a los peces. Luego, de los objetos que se presentan a los sentidos, sólo podemos decir lo que parecen no lo que son. De aquí que los animales no puedan ser considerados inferiores a los hombres, ya que saben elegir lo que les es útil e incluso algunos son capaces de comportamiento moral.
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2. LAS DIFERENCIAS ENTRE LOS HOMBRES
Los seres humanos presentan entre sí diferencias que nos incapacitan para decidir dónde está la verdad. Se sabe de quien sentía frío al sol y calor a la sombra, de quien se embriaga con la misma cantidad de licor que a otro sólo pone alegre. Los distintos umbrales sensoriales y cenestésicos señalan diferencias irreductibles. Cosa análoga ocurre con las motivaciones humanas. Unos prefieren la vida activa; otros, el reposo.
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3. LA DIVERSIDAD DE LOS SENTIDOS
He aquí que los órganos sensoriales nos entregan sensaciones heterogéneas unas de otras y manifiestan el carácter aparente de las percepciones de los objetos. No percibimos la realidad, sino sólo apariencias.
Con este nombre se designa los hábitos, las disposiciones o condiciones particulares que hacen variar las percepciones. Por ejemplo, la vigilia, el sueño, las distintas edades de la vida, el reposo o el movimiento, el amor o el odio. Análogamente, la miel parece amarga a los que padecen de ictericia. Y si se objeta que esta es una situación anormal, ¿Cómo saber si en condiciones normales no estamos en situación de modificar la apariencia de las cosas?
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5. LAS SITUACIONES, LAS DISTANCIAS Y LOS LUGARES
Un barco parece pequeño e inmóvil a lo lejos; de cerca nos parece grande y en movimiento. El sol se ve como un disco de pequeño tamaño. Una torre cuadrada, de lejos se ve redonda. Esto en cuanto a las distancias. Una rama parece quebrada en el agua, recta fuera de ella; la luz de una lámpara parece perder su brillo al sol y se ve brillante en las tinieblas. Esto respecto a los lugares. Una pintura tiene relieve, vista de lejos y parece lisa, de cerca. El plumaje de los papagallos se matiza de colores, según que sus plumas se vuelvan de un lado o de otro. Esto en cuanto a las posiciones. Ahora bien, ¿cómo conocer las cosas haciendo abstracción del lugar que ocupan, de la distancia a que se encuentran de nosotros, de la posición que toman? Luego, no las conocemos en sí mismas.
Los objetos nunca aparecen solos, aislados, sino junto a otras cosas como el aire, el calor, la luz, el frío, el movimiento. Entonces, ¿cómo conocer al objeto en sí mismo, en medio de esta mezcla? En efecto, el color de la piel cambia con el frío o el calor ambiente. El sonido de la voz cambia según se emita en un aire sutil o en un aire denso. Los colores parecen distintos, según se los vea a la luz del sol o la luz de una vela. Conocemos las cosas a través de lo órganos sensoriales, es decir a través de una mezcla que ha de alterar la percepción.
Cada cosa está relacionada, a la vez, con aquel que la percibe y con otras cosas junto a las cuales se la percibe. Algo no está a la derecha o a la izquierda por sí mismo, sino con relación a otras cosas. El día es relativo al sol; lo alto a lo bajo; lo grande a lo pequeño; el padre al hijo. Nada se conoce en sí mismo.
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8. CANTIDAD Y CUALIDAD
Todas las cosas aparecen en alguna relación de cantidad o de cualidad, en muchas y distintas relaciones, con respecto a nosotros. Entre estos estados tenemos el calor, el frío, la rapidez, la lentitud, el color, etc. En este sentido, observamos que el vino bebido con medida tiene un efecto fortificador y sin ella, un efecto soporífero. Lo mismo vale para muchas comidas, bebidas, etc.
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9. LA FRECUENCIA Y LA RAREZA
Nuestros juicios se deciden por la frecuencia o rareza de los fenómenos que se juzga, no por algún carácter propio de éstos. Así, los cometas nos asombran debido a su rareza. Y quien se ha habituado a los temblores de tierra no se inquieta con ellos.
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10. LAS COSTUMBRES, LAS LEYES, LAS OPINIONES
Las creencias morales son variables. Los egipcios embalsamaban a sus muertos, los romanos los quemaban, los peonios los arrojaban a los ríos. Los persas permitían el matrimonio entre hijos y madres, los egipcios entre hermanos; la ley griega prohibía ambas uniones. Así, pues, los hombres han pensado lo que les parecía verdadero, no lo que lo es.
“Para los cerdos, el fango vale más que el agua limpia; para los
burros la paja es superior al oro. El hombre sabio, con respecto a dios, no es
sino un mono; el agua del mar es la más pura y la más impura: saludable para
los peces, funesta para los hombres.” Heráclito
Cada vez que afirmamos algo, dejamos de ser
escépticos, siendo la suspensión del juicio el fin de todos los argumentos.
Llamaremos tropos a tales argumentos destinados a producir dicha suspensión.
Finalmente, el escepticismo tradicional habremos
heredado la desconfianza frente lenguaje ordinario y la relatividad de todas
las cosas. Hemos de conceder que la mayor parte de la argumentación es
defectuosa y discutible. ¿Dudas de la duda?... veamos… cómo te va con los
siguientes 10 argumentos:
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