1
(si podía ser de lluvia, mejor) durante unos minutos sobre todo para frutas y legumbres. Se colocaban en un recipiente que se sellaba tapándolo con pez y colgándolo al aire en lugar fresco.
2
Esta podía ser alcohólica: el vino y la cerveza; láctea: el yogurt y los quesos.
3
Se ponía un alimento en contacto con el humo que adquiría un sabor peculiar. Para ello se utilizaban ahumaderos especiales. Empleado para carnes y pescados.
4
está técnica de sumergir un producto en agua con sal y otros condimentos se empleaba para las carnes, pescados, legumbres y aceitunas.
5
en un recipiente perfectamente cerrado, que contenía el alimento a conservar. Su tapadera se enyesaba o se cubría con pez negra
6
Este proceso se realizaba, principalmente, en invierno. Era importante que las piezas conservadas con este producto no se rozaran entre ellas.
7
era la técnica más utilizada. La sal era un producto a su alcance y muy rentable en lo referente a la conservación. Para su posterior utilización, era necesario desalar convenientemente (con leche y agua). Se utilizaba con las carnes y pescados.
8
técnica empleada para conservar las frutas.
9
Ácido creado por la fermentación del vino, evitaba el crecimiento bacteriano. Con el se cubrían los alimentos escogidos a conservar, carnes, pescados, o legumbres, que podían ser frescos o estar cocidos o fritos.
10
técnica permitía eliminar el agua del producto, conservarlo a temperatura ambiente y utilizarlo con facilidad. Se empleaba para las frutas, principalmente.