Entendemos que la personalidad del niño preescolar se encuentra en
formación y nunca como un proceso terminado. El desarrollo de la personalidad
infantil es entendido según este enfoque, como un proceso activo, en donde el
niño interactúa con los objetos, los fenómenos sociales, el medio ambiente y
familiar; cuya estructuración no la logra de manera espontánea por sí
solo.
El niño solo no es capaz de asimilar las cualidades de los objetos, los
procedimientos, el uso de las herramientas básicas, los modos y normas de
relaciones sociales.
Es el adulto, quien por medio de la actividad y la
comunicación mediatiza la relación del niño preescolar, el cual mediante los
procesos de asimilación, provoca transformaciones en su desarrollo psíquico; es
decir que, se producen cambios cualitativos que se manifiestan cuando el niño se
enfrenta a la realización de tareas de mayores exigencias.