El Sistema educativo de Colombia es el conjunto de normas jurídicas, programas curriculares, establecimientos educativos, instituciones sociales, recursos humanos, tecnológicos, metodológicos, materiales, administrativos y financieros, articulados para alcanzar los objetivos de la educación.
La educación es un factor de vital importancia para un país como Colombia, con dificultades de inequidad y pobreza. Es una ventana de oportunidad para el progreso y desarrollo a largo plazo. El principal desafío no se centra solo en ampliar la cobertura, es necesario brindar una educación de calidad a todos los niños y niñas, facilitándoles la posibilidad de conectarse con un mundo globalizado. Sin embargo, en Colombia existe un 30% de instituciones educativas oficiales que no cuentan con fluido eléctrico, lo cual implica que aproximadamente 248 mil niños, niñas y jóvenes en edad escolar no logran acceder a una formación pertinente y de calidad que les brinde las herramientas adecuadas para desarrollar su capacidad de resolver los problemas de la vida diaria y acceder a educación superior. Según datos oficiales (IPSE, 2012), las principales zonas no interconectadas se encuentran ubicadas en la región rural, principalmente en el oriente y sur colombiano, y en la región del Pacífico en el Chocó, Nariño y Cauca. La falta de cobertura eléctrica tiene repercusiones directas en la calidad de la educación. Al mismo tiempo, dificulta la reducción de la enorme brecha digital que existe entre los estratos socio económicos altos y bajos, situando a cientos de miles de alumnos y alumnas fuera de los procesos incluyentes y equitativos en el sistema educativo, y dificultando la consecución de las metas educativas que se ha fijado el Gobierno para los próximos años.
2
educacion en colombia lado critico
En las últimas décadas, el sistema educativo colombiano ha puesto la educación como prioridad para mejorar la prosperidad económica y social del país y ha prometido más recursos para este sector que para cualquier otra área de política. Ya ha dado grandes pasos para ofrecer una educación incluyente y de calidad. Ha logrado alargar el tiempo que los niños colombianos van a la escuela, y ha garantizado que más niños ingresen al sistema desde edades más tempranas y continúen hasta la educación superior, en particular, entre los más desfavorecidos. Y ni qué hablar de las brechas del sector educativo entre los jóvenes de las grandes urbes y los que residen en el área rural. Sin embargo, en nuestro país la expectativa de vida escolar de los estudiantes en condiciones de pobreza son mucho más bajas que las de familias de estratos altos. La baja calidad de la educación es un factor determinante de este retiro progresivo. Un apoyo deficiente del aprendizaje desde el principio deja a demasiados niños sin unas bases sólidas, por tanto, deben esforzarse al máximo para progresar a un ritmo aceptable, tienen que repetir años o desertar del todo. Hoy en día en Colombia es común escuchar en las estadísticas que niños a temprana edad abandonan nuestras instituciones educativas, por las situaciones sociales que se están presentando en su entorno y como la falta de herramientas económicas hacen de la educación de nuestros estudiantes un calvario. Casi al mismo tiempo nos encontramos con estadísticas de deserción escolar, al igual que noticias donde vemos las pésimas condiciones que tienen que confrontar nuestros estudiantes para recibir sus clases. También es común observar las odiseas que jóvenes y niños realizan a diario para recibir sus lecciones, en muchas ocasiones exponiendo su integridad personal. Es casi cotidiano encontrar a profesores llevar a cabo sus clases con herramientas poco funcionales o poco adecuadas para el desarrollo de la actividad docentes
3
estructura de el sistema educativo
La educación formal en Colombia depende del Ministerio de Educación y se estructura en cuatro niveles: preescolar, básica, media y superior. A continuación te explicamos las características principales de cada uno.
Está destinada a todos los niños menores de seis años, pero en el sistema público solo se ofrece desde los tres a los cinco. Supone la primera etapa de socialización del niño fuera del hogar y tiene como objetivo su desarrollo físico, afectivo y espiritual. En este nivel no existen las calificaciones, tan solo un informe descriptivo sobre el desarrollo del niño. Los tres grados ofrecidos por los jardines infantiles públicos se llaman prejardín (3 años), jardín (4 años) y transición (5 años), siendo este último obligatorio para todos los niños. Si los padres quieren que sus hijos también reciban educación de los 1 a los 3 años, deben recurrir a los centros privados.
Consta de once cursos de educación obligatoria que se dividen en dos ciclos: primaria (de los 6 a los 10 años) y secundaria (de los 11 a los 14 años). La educación básica primaria se ofrece de manera totalmente gratuita en las escuelas públicas. En la secundaria hay que pagar algunas tasas, pero estas se calculan en función del nivel de ingresos de la familia, por lo que generalmente suelen ser muy reducidas. En las escuelas privadas ambos niveles son de pago. El objetivo de los dos ciclos es que los alumnos adquieran conocimientos, habilidades y destrezas sobre materias generales como ciencias naturales, ciencias sociales, arte, ética, educación física, religión, humanidades, lengua castellana, un idioma extranjero, matemáticas y tecnología.
Es el último nivel de la educación obligatoria y consta de dos cursos (de los 15 a los 16 años) en los que el alumno puede elegir entre distintos itinerarios: ciencias, arte y tecnología. Al finalizar esta etapa los estudiantes reciben un título de bachillerato que les permite acceder a la universidad y a otros estudios superiores. La educación en este nivel requiere el pago de una serie de tasas, pero generalmente son muy reducidas porque el gobierno adapta los precios a la capacidad económica de las familias. También se puede estudiar en escuelas privadas. Algunas de estas, imitando el sistema educativo estadounidense, añaden un tercer curso de educación media, llamado grado 12, pero no es habitual y nunca es obligatorio.
La educación superior se compone de formación intermedia profesional, formación tecnológica, formación universitaria y formación avanzada o de post-grado. Para acceder a este nivel es necesario contar con un título de bachiller que se obtiene al aprobar la educación media. La duración de los estudios depende del tipo de formación elegida. Esta educación puede ser de pregrado o posgrado. La formación de pregrado incluye: - Carreras técnicas (1-2 años)
- Carreras tecnológicas (3 años)
- Licenciaturas en docencia (4-5 años)
- Carreras profesionales (4-5 años)
La educación de posgrado incluye másteres y doctorados. En las universidades públicas hay que pagar algunas tasas que se establecen de acuerdo a la renta familiar, pero la cuantía es mucho mayor que en la educación básica o media. Si deseas obtener más información sobre el sistema educativo de Colombia, puedes consultar la web del Ministerio de Educación.
8
¿Por qué no es cierto que Colombia esté invirtiendo mucho en educación?
No es cierto que Colombia esté invirtiendo mucho en educación. Tampoco que haya sido una prioridad para quienes han gobernado en los últimos 20 años. Esto es muy fácil de verificar si tenemos en cuenta que hoy invertimos menos por cada estudiante y mucho menos de lo que invierten nuestros vecinos. En Colombia, contrario a lo que nos dicen, vamos como el cangrejo. El gasto por estudiante en educación superior cayó de 9,1 millones de pesos en el 2000 a 8,1 millones de pesos en el 2015, lo que nos deja muy atrás tanto en cobertura como en inversión frente a la región. Como país, la inversión general que realizamos por estudiante al año es de U$3.000, cuando la de Argentina y México es de U$4.000 y la de Chile es de U$5.000. Para los menores de 6 años la situación es muy grave. Según la UNESCO, para el año 2013, más de la mitad de los niños entre 3 y 6 años en América Latina y el 66% en el Caribe, recibían educación inicial. Por el contrario, en Colombia la matrícula tan solo cubría al 33% de los niños en dichas edades. La Ley 115 de 1994 estableció tres años obligatorios de educación inicial. Hoy, veinticuatro años después, no hemos garantizado el primero de ellos para todos los niños, a pesar de que sabemos que es la inversión más rentable que conoce la humanidad.
9
¿Por qué no es cierto que Colombia esté invirtiendo mucho en educación?
No es cierto que Colombia esté invirtiendo mucho en educación. Tampoco que haya sido una prioridad para quienes han gobernado en los últimos 20 años. Esto es muy fácil de verificar si tenemos en cuenta que hoy invertimos menos por cada estudiante y mucho menos de lo que invierten nuestros vecinos. En Colombia, contrario a lo que nos dicen, vamos como el cangrejo. El gasto por estudiante en educación superior cayó de 9,1 millones de pesos en el 2000 a 8,1 millones de pesos en el 2015, lo que nos deja muy atrás tanto en cobertura como en inversión frente a la región. Como país, la inversión general que realizamos por estudiante al año es de U$3.000, cuando la de Argentina y México es de U$4.000 y la de Chile es de U$5.000. Para los menores de 6 años la situación es muy grave. Según la UNESCO, para el año 2013, más de la mitad de los niños entre 3 y 6 años en América Latina y el 66% en el Caribe, recibían educación inicial. Por el contrario, en Colombia la matrícula tan solo cubría al 33% de los niños en dichas edades. La Ley 115 de 1994 estableció tres años obligatorios de educación inicial. Hoy, veinticuatro años después, no hemos garantizado el primero de ellos para todos los niños, a pesar de que sabemos que es la inversión más rentable que conoce la humanidad.
10
Los 10 retos de Colombia para mejorar su educación
Colombia tiene definidos los 10 desafíos que el sector educativo debe encarar (ver infografía) para mejorar el panorama académico del país, y que deberán ser superados durante los próximos 10 años, a través del Plan Nacional Decenal de Educación 2016-2026 “El camino hacia la calidad y la equidad”. La ministra de Educación, Yaneth Giha, señaló que Colombia vive un momento histórico por el proceso de paz y los retos que plantea la consolidación del Acuerdo logrado con las Farc, que por más de 50 años evitó que la educación fuera equitativa para todos. “Este plan es la hoja de ruta para seguir avanzando en la construcción de un sistema educativo de calidad, que permita mejorar las condiciones de vida y cerrar las brechas sociales. Es un plan incluyente y participativo”, indicó Giha durante la presentación, ayer en Bogotá. Agregó que la construcción contó con la participación de un millón de personas, las cuales fueron encuestadas para priorizar las necesidades del sector educativo.
De acuerdo con la ministra, el camino para mejorar la educación es el cumplimiento con cada uno de los retos planteados, lograr mejorar las condiciones de vida y cerrar las brechas sociales que existen en Colombia. “El plan recoge todos los niveles de la educación e intenta abordarla como un proceso continuado”, agregó. Rafael Rodríguez, profesor de la Universidad Pedagógica, respalda la posición del Ministerio en cuanto a lo planteado en el modelo. Resaltó que esto debe hacer consciente a la sociedad para encarar los temas de educación, “porque este no es un problema de uno solo, sino que todos como sociedad debemos aportar”. Además, explicó que la participación de la sociedad debe ser decisoria y que desde los niños hasta las universidades deben ayudar a cumplir lo trazado. “No entendíamos que Colombia es una sola que participa desde lo rural hasta lo urbano. En una sociedad donde hay diversidad, implica respetar al otro en todo su desarrollo y son elementos fundamentales en la equidad e inclusión que están inmersos”, aseguró el educador. Sin embargo, la profesora Gabriela Delgado, de la Universidad Nacional, sede Bogotá, sostiene que en este plan se deja a un lado la educación superior y, aunque hicieron parte de la formulación inicial, decidió aislarse porque consideraba que ignoraban sus recomendaciones y posiciones. “Este plan está muy mal hecho, porque no vamos a ir a ninguna parte. Las discusiones se basaron en llenar planillas y documentos, pero sin debates reales sobre lo que pasa en el país”, recalcó. No obstante a las críticas, la ministra de Educación hizo especial énfasis en que las decisiones tomadas para formular esta hoja de ruta se basaron en las discusiones que se dieron en los 15 reuniones realizadas, además de las consultas que recibieron de las secretarías de Educación del país, encaminadas a fortalecer la visión regional de la educación en Colombia y los resultados de las encuestas. “El plan permitirá ampliar los temas educativos en todos los ámbitos del gobierno y la sociedad, porque se basa en entender la educación como una responsabilidad en su conjunto”, agregó. Con esto está de acuerdo el profesor Rodríguez, al considerar que las aulas del país, concebidas como constructoras de paz, permitirán trabajar en una posición de interculturalidad, que implica la construcción de equidad e inclusión en la educación.
El exgerente del segundo Plan Decenal, Fernando Rincón, criticó que los tres planes que ha diseñado el país, incluido este, no dejan de ser un “saludo a la bandera”, porque las políticas que allí se intentan definir se toman desde Bogotá y no consultadas con las regiones. Agregó que esta será una tercera oportunidad “desaprovechada” por el Gobierno, pues aunque en el contenido los retos sí visibilizan las necesidades del país y lo que se debería hacer, no se aborda como tal, porque no pasa de lo dicho a los hechos. “Las ministras de turno fueron advertidas (Gina Parody y Giha), les dijimos que debían tener en cuenta a todos los colombianos, reinsertados, campesinos, pero no nos escucharon y lo hicieron como ellas quisieron”, aseveró. Sin embargo, en la presentación, la ministra Giha destacó que sí es un plan incluyente y participativo, que contó con la visión de los colombianos. “Nos acercó a sus preocupaciones y prioridades, y también fueron claves los aportes de diferentes sectores de la sociedad”. Una mirada similar tiene el exsecretario de Educación de Medellín, Felipe Gil, al destacar que aunque en el plan está definido como una prioridad la educación rural, el país desconoce las realidades que encaran a diario los educadores y estudiantes de este sector de la educación en el país. Aunque no califica este modelo como un “saludo a la bandera”, sí aseguró que estos documentos deben ser un referente para la toma de decisiones, pero no son incluyentes. “En algún momento, el Ministerio de Educación debe darle mayor fortaleza al plan y conectarlo más con las secretarías, para que las decisiones tengan una estrecha relación con lo planteado”, concluyó.
|