A
mi
entrada
,
Usher
se
incorporó
de
un
sofá
donde
estaba
tendido
cuan
largo
era
y
me
recibió
con
(
calur
)
(
viva
)
,
que
mucho
tenía
,
pensé
al
principio
,
de
(
cordial
)
excesiva
,
del
esfuerzo
obligado
del
hombre
de
mundo
.
Pero
una
mirada
a
su
semblante
me
convenció
de
su
perfecta
sinceridad
.
Nos
sentamos
y
,
durante
unos
instantes
,
mientras
no
hablaba
,
lo
observé
con
un
sentimiento
en
parte
de
(
compa
)
,
en
parte
de
espanto
.
(
Segura
)
hombre
alguno
hasta
entonces
había
cambiado
tan
terriblemente
,
en
un
periodo
tan
breve
,
como
Roderick
Usher
.
A
duras
penas
pude
llegar
a
admitir
la
identidad
del
ser
exangüe
que
tenía
ante
mí
,
con
el
compañero
de
mi
adolescencia
.
Sin
embargo
,
el
carácter
de
su
rostro
había
sido
siempre
notable
.
La
tez
(
cadavér
)
;
los
ojos
,
grandes
,
líquidos
,
incomparablemente
luminosos
;
los
labios
,
un
tanto
finos
y
muy
pálidos
,
pero
de
una
curva
extraordinariamente
hermosa
;
la
nariz
,
de
delicado
tipo
hebreo
,
pero
de
(
ventan
)
más
abiertas
de
lo
que
es
habitual
en
ellas
;
el
mentón
,
finamente
modelado
,
(
revel
)
,
en
su
falta
de
prominencia
,
de
una
falta
de
energía
moral
;
los
cabellos
,
más
suaves
y
más
tenues
que
tela
de
araña
:
estos
rasgos
y
el
excesivo
desarrollo
de
la
región
frontal
constituían
una
fisonomía
difícil
de
olvidar
.
Y
ahora
la
simple
exageración
del
carácter
dominante
de
esas
facciones
y
de
su
expresión
habitual
revelaban
un
cambio
tan
grande
,
que
dudé
de
la
persona
con
quien
estaba
hablando
.
La
(
palid
)
espectral
de
la
piel
,
el
brillo
milagroso
de
los
ojos
,
por
sobre
todas
las
cosas
me
sobresaltaron
y
aun
me
aterraron
.
El
sedoso
cabello
,
además
,
había
crecido
al
descuido
y
,
como
en
su
desordenada
textura
de
telaraña
flotaba
más
que
caía
alrededor
del
rostro
,
me
era
(
impos
)
,
aun
haciendo
un
esfuerzo
,
relacionar
su
enmarañada
apariencia
con
idea
alguna
de
simple
humanidad
.
Fragmento
-
La
caía
de
la
casa
Usher
(
Edgar
Allan
Poe
)