Los ecosistemas están formados por una comunidad viva (plantas, animales, microorganismos) llamada biocenosis, y una sistema inerte (elementos no vivos, como los minerales) llamado biotopo.
Los seres vivos pertenecientes a un mismo ecosistema, viven en comunidad, interactuando y formando parte de la cadena alimenticia que hace posible su existencia.
Hay diferentes tipos de ecosistemas, que albergan su propia biodiversidad. Algunos de estos ecosistemas son los siguientes:
Ecosistemas de pradera: formados por pastizales y matorrales, donde habitan los grandes hervívoros y gran cantidad de aves.
Ecosistemas de agua dulce: son los que se desarrollan en los ríos, arroyos, lagos, lagunas y pantanos, en los que interactúan plantas acuáticas y peces, junto con todo tipo de animales y plantas de orilla.
Ecosistemas forestales: están formados por selvas, bosques y matorrales. Estos ecosistemas incluyen una gran cantidad de seres vivos, de miles de especies y son los más amenazados por la tala y quema de los árboles.
Ecosistemas costeros: son los que se desarrollan en la zona de las costas de mares y océanos e incluyendo zona acuática y terrestre (como los médanos). La fauna de estos ecosistemas es riquísima, ya que abarca peces, plantas, algas, microorganismos y muchísimas aves. Este ecosistema se ve muy afectado por la contaminación.
Ecosistemas marinos: son los formados por las grandes masas de agua salada, incluyendo a todas las especies animales y vegetales y elementos inertes que se mantienen interrelacionados de forma dinámica.
Así también existen los ecosistemas de zonas heladas, de tundra, de desierto y los ecosistemas de las ciudades. En la mayoría de los ecosistemas el hombre forma parte tal como cualquier otro organismo. La tierra misma es un ecosistema, al cual se denomina biósfera.