Explicación
El alcohol es una droga más aunque continuamente aparezca mencionado a parte de las drogas o sea legítimo. Por ello hay que darle el mismo tratamiento que a las demás.
El alcohol es una sustancia depresora en todo momento, sus primeros efectos en dosis bajas se suelen confundir con la estimulación, pero se trata de momentos eufóricos y pequeñas perdidas en el control y la gestión de las emociones.
La adolescencia es una fase en la que nos formamos socialmente (identidad, personalidad, etc.) pero en la que también estamos terminando de formarnos biológicamente. El alcohol puede tener efectos negativos que afecten al desarrollo normal de esa fase.
El consumo de alcohol (dependiendo la dosis) empeora nuestra capacidad para pensar y actuar, pero también altera nuestra percepción del presente y es posible que nos comportemos de una forma que nunca haríamos por vergüenza o miedo, lo cual puede llevar a ridículos de los que nos arrepintamos al día siguiente.
Lo único que hace que se pase la borrachera es nuestro metabolismo y el tiempo que este necesita para procesar y eliminar el alcohol. La fase a la que se quiere llegar con el alcohol ha de decidirse antes de beber y tomar medidas para no superarla, los excesos son peligrosos y no tienen remedio mágico.
El alcohol caliente o templado, se procesa y se absorbe con mayor rapidez
El alcohol nos genera una falsa sensación de calor debido a que es un vasodilatador, pero en realidad tiene el efecto contrario, nos baja la temperatura corporal
A los 5 minutos ya podemos encontrar rastros del alcohol que hayamos bebido en la sangre, pero en cambio es alrededor de los 30 minutos cuando se produce la concentración máxima. Por lo que conviene beber espaciadamente y respetar los tiempos de absorción, para no cometer excesos involuntarios.
Vomitar voluntariamente para intentar reducir la borrachera es un error, ya que esto no sucederá y además le quitaremos al cuerpo la posibilidad de absorber los nutrientes que teníamos en el estomago que nos iban a ayudar a no estar tan mal.
Llamar a la ambulancia, mirar si la persona respira y colocarla en PLS (Posición Lateral de Seguridad). En estas situaciones hay que intentar mantener la calma, actuar y no tener miedo a decir la verdad al personal de la ambulancia o a quién este en casa si lo hemos llevado allí.
Ingerir alcohol cuando estamos pasando por una mala racha por el motivo que sea, puede que amplifique esa sensación de malestar. Lo mejor en estos casos es buscar una forma natural de afrontar el problema.
El tabaco es una sustancia estimulante y hay que tener en cuenta (cómo con todas las sustancias que mezclemos) la interacción que tiene con el alcohol. Al ser estimulante hará que los primeros efectos del alcohol aparezcan más tarde, así como el alcohol hará que notemos menos el efecto estimulante del tabaco, por lo que es muy probable que consumamos más de ambas sustancias y corramos un riesgo también mayor.