LA SEGURIDAD PRIVADA Y PÚBLICA PARA LOS TURISTAS EN SANTA ROSA DE CABAL.
1
LA SEGURIDAD PRIVADA Y PÚBLICA PARA LOS TURISTAS EN SANTA ROSA DE CABAL.
Maria Adelaida Murillo Londoño Monica Alejandra Murillo Londoño
2
LA SEGURIDAD PRIVADA Y PÚBLICA PARA LOS TURISTAS EN SANTA ROSA DE CABAL.
El turismo representa unos
de los ingresos más importantes de nuestra región, y
hay múltiples factores que condicionan
la seguridad del turista:
•
Disponibilidad de la información. El turista debe estar
informado; debe tener un mapa o direcciones claras de los lugares que visita,
debe saber a donde recurrir en caso de emergencia, debe conocer vías de evacuación.
•
Entorno de los lugares que visita o por los que transita. La falta de higiene, los vagabundos, prostitución en la vía
pública, mala iluminación de calles, mal
estado de servicios públicos, son sólo algunos aspectos que dan una imagen
negativa del lugar y que impiden un desplazamiento tranquilo del turista, ya
que el mismo está más preocupado en prevenir un asalto o un ataque que en
disfrutar del turismo.
La seguridad privada es la que ofrece servicios de seguridad con objeto de proteger el conjunto de bienes y derechos para
los que han sido contratados. Estos intereses protegidos suelen tener
naturaleza privada: edificios, almacenes,
hogares, terrenos, etc.
• Presencia policial y de seguridad privada uniformada. Decimos que la
seguridad es una sensación de orden subjetivo, la misma se sostiene en
percepciones objetivas y reales. La presencia de efectivos de seguridad es el
mejor ejemplo de esto. La presencia de estos dan tranquilidad al turista y,
mejor aún, si el personal de seguridad habla su mismo idioma, contribuyendo así
a la información del visitante.
La seguridad pública es un servicio que debe brindar el Estado para
garantizar la integridad de todos los ciudadanos y sus bienes. La seguridad pública implica
que los ciudadanos pueden convivir en armonía, cada uno respetando los derechos
individuales del otro.
• El turista no denuncia los delitos sufridos. Algunas veces
por vergüenza, aunque por lo general no lo hace para no perder tiempo, único
recurso no reembolsable del turista. En este sentido es importante señalar que
los problemas de turista deben ser atendidos rápidamente, su tiempo es escaso y
no lo quiere perder en comisarías o llenando formularios.
La inseguridad ciudadana
es una las preocupaciones sociales que tenemos en la actualidad por el
progresivo ascenso de la delincuencia y de la criminalidad en todas sus formas,
así como también por el desempeño negativo de la policía. Esto está llevando a
un mayor distanciamiento entre expectativas sociales sobre la seguridad y
respuesta efectiva de las instituciones del Estado a esas preocupaciones.
El
análisis de estas cuestiones es fundamental para entender el futuro de la
seguridad ciudadana. El alcance de la privatización, el rol del sector privado,
o las consecuencias sociales que puedan generar el proceso son temas abiertos.
Esas cuestiones son claves para entender la relación entre el sector público y
el privado en los problemas y demandas de seguridad, observándose una tendencia
a diferenciar el tratamiento clásico de la delincuencia y su compleja dinámica
que permite estructurar distintos sistemas de prevención.
OBJETIVOS GENERALES
·
Lograr que en Santa Rosa de Cabal
dispongan de más personal de seguridad en los establecimientos y los lugares
retirados que son mas visitados por los turistas.
·
Disponer de personal que entienda
y hable los diferentes idiomas para brindar mejor información a los turistas.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
·
Buscar satisfacción para los
turistas brindándoles tranquilidad y una seguridad plena a través del
acompañamiento de las diferentes entidades de seguridad pública y privada.
·
Con nuestra seguridad le
brindaremos a nuestros turistas un ambiente agradable y satisfactorio para
dejar una buena impresión de nuestro pueblo a nuestros turistas.
La
existencia de numerosas y periódicas manifestaciones de temores colectivos
imputables a diversas circunstancias (epidemias, revoluciones, crisis
económicas, calamidades públicas y, mucho más recientemente, actos
espectaculares de terrorismo) forma parte de la historia de la humanidad.
También nos muestra la historia que garantizar la seguridad de los miembros de
una comunidad siempre ha representado la razón de ser, la justificación y la
legitimación del poder ejercido por sus gobernantes, así como uno de los
monopolios incontestado del Estado. El actual problema planteado por el
resurgimiento del miedo al crimen debe situarse en este marco. Cuando una
comunidad se siente amenazada en su instinto de seguridad suele reaccionar
buscando chivos expiatorios, reclamando una represión más severa y exigiendo
del Estado el riguroso ejercicio de uno de sus más importantes atributos: el IUS
PUNIENDI (derecho a castigar). En esta perspectiva, debe señalarse, en primer
lugar, que “miedo al crimen” o “inseguridad ciudadana” son los principales
conceptos utilizados para designar el fenómeno que la mayoría de la población
suele identificar con la falta de represión y prevención del delito, así como
con el aumento (real o supuesto) de la criminalidad. Esta creencia popularmente
extendida suele llevar, sin embargo, de manera lógica e inexorable, a
planteamientos y conclusiones simplistas, poco rigurosas, equivocadas y a
menudo peligrosos. También merece destacarse, en segundo lugar, que el
sentimiento de temor, fuente de una profunda preocupación de una importante
proporción de los ciudadanos, se ha ido transformando con el tiempo en un
objeto independiente que, no solamente ya no necesita el delito como substrato, sino que, por sus consecuencias, puede
ser tanto o más dañino para la sociedad que el mismo delito. Aunque los especialistas no suelen dar
una definición explícita del término “seguridad ciudadana”, parece aceptable la
propuesta por el PNUD de Costa Rica, en una perspectiva de desarrollo humano:
la condición personal, objetiva y subjetiva, de encontrarse libre de amenazas
de violencia o amenaza de violencia o despojo intencional por parte de otros, que
contiene los elementos de complejidad del tema que serán analizados más
adelante.
Algunos
autores, sin embargo, después de haber barajado los diversos conceptos
utilizados en este ámbito (seguridad nacional, pública, integral, humana,
ciudadana), han sugerido reemplazar el término “seguridad ciudadana” por otros
más abarcadores y capaces de superarlo. En este sentido, se han propuesto otros
conceptos, tales como el de “seguridad de los habitantes” (lo que permitiría incorporar,
no solo a los ciudadanos de un país, sino a todas las personas sin excepción:
menores, inmigrantes indocumentados, refugiados, turistas) o el de “desarrollo
humano sostenible” (que incluiría, además de la garantía de no ser víctima de
un delito, la de poder vivir en un Estado de derecho y disponer de niveles
razonables de bienestar en los campos de la salud, la educación, el ingreso o
la vivienda). Para justificar este cambio terminológico, quienes han propuesto
reemplazar el término “seguridad ciudadana” por “seguridad de los habitantes” invocan dos razones: la primera, la necesidad de no excluir de la protección
social contra el delito a ningún ciudadano; la segunda, los malos antecedentes
que el término “seguridad ciudadana” tiene en América Latina. Con respecto a la
primera justificación, puede señalarse que, además de tratarse de un concepto
ampliamente acuñado, postula que éste no incluye a todas las personas que
residen en un país determinado, hipótesis desmentida con la sola lectura de las
publicaciones hechas sobre el tema. En cuanto a la segunda justificación,
posiblemente traduzca cierto temor a un pasado relativamente reciente, pero
felizmente superado. En cualquier caso, la aceptación de términos tan amplios,
no sólo podría llevar casi necesariamente a una pérdida rápida de sustancia del
tema, sino que supondría una importante ruptura con procesos conocidos y aún no
resueltos en forma satisfactoria, con el consiguiente peligro de adentrarse en
un terreno. Con respecto a lo anteriormente expuesto, véase Rico José Ma. y
Salas Luís (1988), Inseguridad ciudadana y policía, Madrid, Tecnos, Capítulo
primero: La inseguridad ciudadana, en especial. PNUD
Costa Rica (2006), Venciendo el temor: (in)seguridad ciudadana y desarrollo
humano en Costa Rica, Informe Nacional de Desarrollo Humano 2005, San José.
En sentido contrario, la opción consistente en centrar el
concepto en las conductas sancionadas por la ley penal puede ser demasiado
reductora. Entendida como el simple mantenimiento del orden público, la
“seguridad pública” no coincide necesariamente con la “seguridad de las
personas”, ya que supone, por una parte excluir aspectos de la vida cotidiana
percibidos por la población como fuente de inseguridad (por ejemplo, la
presencia en los lugares públicos de jóvenes con vestimentas y peinado
extraños, tatuajes y otros signos inhabituales e incluso provocativos) y, por
otra parte, incluir otros que no presentan en forma inequívoca atentados contra
la seguridad individual (tal sería el caso del consumo de drogas). La definición adoptada del
concepto de seguridad ciudadana, al estar formulada en términos individuales,
plantea sin embargo el problema de su ámbito de aplicación. ¿Puede, en tales
condiciones, sostenerse que el concepto también es válido en el plano
colectivo? El informe que ha propuesto
la definición antes indicada autoriza una respuesta afirmativa a esta
interrogante, no solamente en Costa Rica, sino en los demás países de la región
centroamericana. Así lo muestran los siguientes extractos del mismo:
“Los problemas de (in)seguridad ciudadana son
percibidos por la población como factores determinantes en el deterioro de su
calidad de vida”. “La inseguridad ciudadana es un obstáculo para el desarrollo
humano por cuanto limita las posibilidades individuales para concebir y
concretar un proyecto de vida, y erosiona la cooperación social y la vida
cívica necesarias para tal efecto”. “Es posible construir una sociedad más
segura si se atienden las formas de vulnerabilidad social en que proliferan la
violencia y el despojo, y se fortalecen los mecanismos colectivos de protección
y la capacidad de las personas para activarlos”. “Lo que yace en el centro de
la discusión de la seguridad ciudadana es la vigencia y tutela efectiva de
algunos derechos fundamentales de las personas”
El citado informe señala
además numerosas consecuencias de la inseguridad para el desarrollo humano. En
el plano social, limita los recursos públicos disponibles para la provisión de
servicios destinados a la satisfacción de necesidades básicas, deteriora
valores esenciales para la convivencia democrática, y erosiona el tejido
social, así como la confianza en las instituciones democráticas. En este
sentido Besozzi Claudio (2004), À propos de sécurité, Montreal, Centro
Internacional para la Prevencón de la Criminalité en adelante CIPC). Véase Crimen
y desarrollo en Centroamérica. Atrapados en una encrucijada, Naciones Unidas,
Oficina contra la Droga y el Delito, marzo del 2007. PNUD Costa Rica (2006). Estos
puntos de vista son confirmados en forma más concreta por eminentes
especialistas en la ciencia política. Para O’Donnell, por ejemplo, pese a que
los derechos (políticos y civiles), cuya defensa y promoción caracterizan a un
Estado democrático, tienen una intrínseca dimensión individual al ser asignados
a sujetos agentes, también tienen una dimensión intrínsecamente social si se
tiene en cuenta su proyección colectiva como derechos y libertades que
identifican y sustentan cualquier contexto plural. Una última reflexión sobre
el tema: la paradoja de las sociedades occidentales que, aun garantizando
actualmente de un grado de seguridad jamás alcanzado en el pasado, hacen de la
seguridad una de sus principales preocupaciones. Se han dado diversas
interpretaciones a esta incongruencia: una que, distinguiendo entre los aspectos
objetivos y subjetivos del concepto, consideran que las medidas adoptadas para
la protección de los ciudadanos suelen engendrar, en el plano de la
subjetividad de los individuos, un sentimiento de amenaza; otra, formulada por
Fritz Sack, perteneciente al movimiento de criminología crítica alemana, estima
que la dramatización de la inseguridad es una construcción social destinada a
compensar la pérdida de poder del Estado en las sociedades posmodernas.
·
La seguridad
publica al ser uno de los pilares más importantes del bienestar social,
constituye la manifestación mas sentida por parte de la ciudadanía, pues a
pesar de que el delito es parte inherente de la naturaleza humana, la
transgresión a esta, impide el libre desarrollo de los derechos y obligaciones
de los individuos.
·
El sentimiento de
la inseguridad provocado por la
ineficiencia de las autoridades encargadas de la seguridad publica, así como
por la alarma social difundida por los medios de comunicación, merma gravemente
la confianza de la ciudadanía en sus autoridades, fomentando reacciones graves en
la sociedad como la cifra negra, poca colaboración con la autoridad y en el
peor de los casos una justicia de propia mano.
·
Todo esto se debe
controlar con una buena seguridad tanto privada como publica, garantizando a
nuestros visitantes el buen ambiente y buena convivencia con las demás persona.
|