Preguntas Literales Cuento "El Rey Sabio"
La Leyenda del Rey Sabio
Hace mucho tiempo, en un reino lejano, gobernaba un rey llamado Aldemar, conocido en todo el mundo como el Rey Sabio. Su reino era próspero y pacífico, pues él gobernaba con justicia y compasión. Sin embargo, el Rey Aldemar no siempre había sido sabio. Hubo una época en la que su sabiduría fue puesta a prueba de una manera sorprendente.
Un día, un misterioso anciano llegó al palacio con una profecía. "Rey Aldemar", dijo el anciano, "en tu vida enfrentará tres grandes retos. Solo si logras superarlos, serás recordado como el más sabio de todos los reyes."
Intrigado, Aldemar aceptó el desafío. El anciano le entregó tres pergaminos, cada uno con una prueba escrita. La primera prueba decía: "Encuentra el tesoro más valioso en tu reino, pero recuerda que no se puede ver ni tocar."
El Rey Aldemar buscó por todo su reino. Consultó con los tesoreros, exploró los cofres de joyas y observó los campos dorados de trigo, pero nada de eso parecía ser la respuesta correcta. Hasta que un día, caminando por el pueblo, vio a un niño compartiendo su pan con otro que tenía hambre. En ese momento, comprendió. "El tesoro más valioso es la bondad que compartimos con los demás", declaró Aldemar, y el anciano reapareció, sonriendo.
El segundo pergamino contenía la siguiente prueba: "Encuentra la fuerza más poderosa en tu reino, pero esta no puede ser vista." El Rey reflexionó profundamente. Sabía que su ejército era fuerte, pero la fuerza visible no era lo que el anciano buscaba. Mientras observaba la vida en su castillo, escuchó una suave canción cantada por una joven. Su melodía llenó el aire de alegría y paz. "La fuerza más poderosa es el amor y la esperanza que llevamos en nuestros corazones", dijo Aldemar. El anciano asintió, satisfecho.
El último pergamino presentaba el reto más difícil: "Descubre el secreto para gobernar con sabiduría eterna." El Rey Aldemar meditó durante días. Recordó sus decisiones, los consejos que había recibido y los errores que había cometido. Entonces, un día, al mirar a su pueblo con cariño, entendió la verdad. "El secreto para gobernar con sabiduría es escuchar a los demás y aprender de ellos. Nadie tiene todas las respuestas, pero juntos, podemos encontrar el camino correcto."
Con estas palabras, el anciano se desvaneció en una nube de luz dorada, dejando tras de sí un resplandor cálido. El Rey Aldemar había superado las tres pruebas y, desde entonces, fue recordado como el Rey Sabio, no por su poder, sino por su capacidad de escuchar, aprender y compartir bondad.
Y así, la leyenda del Rey Sabio fue contada por generaciones, recordando a todos que la verdadera sabiduría no se encuentra en lo material, sino en el corazón de quienes valoran la bondad, el amor y el aprendizaje.
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