El
tutor enseña, orienta e integra al alumno al sistema. Por lo que un tutor
efectivo en el cumplimiento de su rol debería poseer los siguientes atributos:
EMPÁTICO:
para lograr “sintonizar” con sus alumnos a pesar de la disociación del tiempo y
el espacio, característica de los procesos de educación a distancia y de la
multiplicidad de estilos personales de los alumnos.
PROACTIVO:
para lograr “sortear” los obstáculos y
resistencias que se presenten, tanto de tipo tecnológico como humano.
BUEN ANFITRIÓN: pues debe ser quien introduzca y mantenga motivados
a los alumnos en esta modalidad.
MAESTRÍA
COMUNICATIVA: ya que debe manejar todas las posibilidades y alternativas de
comunicación en los distintos soportes, siendo lo más claro posible a fin de no
distorsionar la esencia de los mensajes. Debe a su vez ser mediador entre las
múltiples comunicaciones generadas por la interacción entre los alumnos y él.
EXPERIENCIA
DIDÁCTICA: que le permita seleccionar los contenidos y diseñar las actividades
más pertinentes para el logro de los objetivos propuestos ajustándose al perfil
del grupo de alumnos.