Compléter
El tiempo de la narración es el pretérito perfecto simple, ya que responde a la pregunta "¿qué pasó?": salimos, corrimos, llegamos...
Este tiempo verbal se combina con el pretérito imperfecto de indicativo, que usamos para la descripción de personajes y escenas que forman parte del ambiente, del decorado ("Era un día soleado, sin nubes"), o para acciones habituales ("Como cada sábado, nos encontrábamos en la puerta del colegio").
Fácil, ¿verdad? Vamos a comprobarlo con este ejercicio, en el que completaremos los espacios en blanco con el tiempo verbal correspondiente (pretérito perfecto simple o pretérito imperfecto):
Un
día
el
pequeño
Claudio
(
jugar
)
en
el
zaguán
,
y
por
la
calle
(
pasar
)
un
hermoso
anciano
con
los
lentes
de
oro
,
que
(
caminar
)
encorvado
,
apoyándose
en
un
bastón
,
y
precisamente
delante
del
portón
se
le
(
caer
)
el
bastón
.
Claudio
fue
presuroso
a
recogérselo
y
se
lo
(
dar
)
al
viejo
,
que
le
(
sonreír
)
y
dijo
:
?
Gracias
,
pero
no
me
sirve
.
Puedo
caminar
muy
bien
sin
él
.
Si
te
gusta
,
tenlo
.
Y
sin
esperar
respuesta
se
(
alejar
)
,
y
(
parecer
)
menos
encorvado
que
antes
.
Claudio
permaneció
allí
con
el
bastón
entre
las
manos
y
no
(
saber
)
qué
hacer
.
Era
(
ser
)
un
bastón
común
de
madera
,
con
el
mango
curvo
y
la
punta
de
hierro
,
y
no
se
notaba
nada
más
especial
.
Claudio
(
golpear
)
dos
o
tres
veces
la
punta
en
el
suelo
,
después
,
casi
sin
pensarlo
(
montar
)
a
horcajadas
el
bastón
y
he
aquí
que
no
(
ser
)
más
un
bastón
,
sino
un
caballo
,
un
maravilloso
potro
negro
con
una
estrella
blanca
en
la
frente
,
que
se
(
lanzar
)
al
galope
alrededor
del
patio
,
relinchando
y
haciendo
salir
centellas
de
los
guijarros
.
Cuando
Claudio
,
un
poco
maravillado
y
un
poco
asustado
,
(
lograr
)
poner
el
pie
en
el
suelo
,
el
bastón
era
nuevamente
un
bastón
,
y
no
(
tener
)
cascos
sino
una
sencilla
punta
oxidada
,
ni
crines
de
caballo
,
sino
el
mismo
mango
encorvado
.
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