Texto Diario 05-12-2021
Positivamente no morirán (Gén. 3:4).
Dios no quería que los seres humanos murieran, sino que vivieran por siempre. Para ello, Adán y Eva tenían que obedecer a Jehová, quien les dio este sencillo mandato: “En cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás” (Gén. 2:16, 17). Pero, entonces, Satanás usó una serpiente para decirle a Eva las palabras registradas en el texto de hoy. Por desgracia, ella creyó esa mentira y comió del fruto del árbol. Luego, su esposo también lo hizo (Gén. 3:6). Así, el pecado y la muerte entraron en la humanidad (Rom. 5:12). Tal y como Dios había dicho, Adán y Eva murieron. Pero Satanás no dejó de mentir sobre la muerte. En algún momento, empezó a esparcir otras mentiras, como la enseñanza de que, cuando una persona muere, una parte de ella sigue viviendo, quizás en el mundo de los espíritus. Diferentes versiones de esta misma mentira han engañado a un incontable número de personas hasta nuestros días (1 Tim. 4:1). w19.04 14, 15 párrs. 3, 4
Dios no quería que los seres humanos murieran, sino que vivieran por siempre. Para ello, Adán y Eva tenían que obedecer a Jehová, quien les dio este sencillo mandato: “En cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás” (Gén. 2:16, 17). Pero, entonces, Satanás usó una serpiente para decirle a Eva las palabras registradas en el texto de hoy. Por desgracia, ella creyó esa mentira y comió del fruto del árbol. Luego, su esposo también lo hizo (Gén. 3:6). Así, el pecado y la muerte entraron en la humanidad (Rom. 5:12). Tal y como Dios había dicho, Adán y Eva murieron. Pero Satanás no dejó de mentir sobre la muerte. En algún momento, empezó a esparcir otras mentiras, como la enseñanza de que, cuando una persona muere, una parte de ella sigue viviendo, quizás en el mundo de los espíritus. Diferentes versiones de esta misma mentira han engañado a un incontable número de personas hasta nuestros días (1 Tim. 4:1). w19.04 14, 15 párrs. 3, 4
Âge recommandé: 9 ans
Créé par
Andres Bonil
Colombia
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