Recinas.
Amoniaco.
Para hacer la excreción necesitan gran cantidad de agua y por esta razón el hígado de los anfibios y mamíferos convierte el amoniaco en urea, que es menos tóxica.
Sustancias olorosas.
Latex.
Nectar.
Amoniaco por difusión a través de las agallas.
El agua recibe el amoniaco y lo diluye con rapidez.
Vacuolas.
Excretan poco amoniaco.
Gases como el etileno.
Glándulas de sal.
Aceites esenciales.
Espacios intercelulares.
Úrea.
Hojas viejas.
Ácido úrico.
La úrea junto con el agua y las sales, es filtrada de la sangre por los riñones y los uréteres conducen la orina a la cloaca en los anfibios y a la vejiga urinaria en los mamíferos.
Los riñones filtran soluciones de ácido úrico que pasan luego a la cloaca.
En la cloaca, el agua se reabsorbe, y los cristales de ácido úrico se combinan con las heces fecales y se eliminan.