1
El agua es un componente muy abundante en la mayoría de los tejidos y conviene eliminarla de la muestra para facilitar las operaciones posteriores.
2
En el caso de las preparaciones que queremos conservar, sellamos el cubreobjetos con sustancias, como el bálsamo del Canadá, que evitan la entrada de aire y la putrefacción de la muestra.
3
Es una técnica utilizada para poder observar y estudiar células o estructuras más pequeñas que una célula.
4
Los tejidos son, mayoritariamente, blandos y frágiles, por lo que añadimos a la muestra una sustancia líquida que se interpone entre los componentes del tejido y que, después, se solidifica.
5
Esta operación estabiliza los componentes celulares, con el objetivo de que su aspecto sea tan parecido como sea posible al del tejido vivo.
6
Colocamos los cortes sobre un portaobjetos y cubrimos con xileno (o xilol), para eliminar el material de la inclusión y dejar la muestra lista para la acción de los colorantes.
7
Las células, en su estado natural, son transparentes e incoloras y resultan, por lo tanto, casi invisibles; por ello, requerimos la aplicación de colorantes.
8
Cortamos la muestra incluida en parafina y solidificada en láminas muy finas con el microtomo.
