1
Es el soporte y el motor de la identidad y de la autonomía. Consiste en captar nuestro ser y personalidad.
2
Para poder desarrollar esta destreza debemos implementar dos elementos claves. El primero es aprender a iniciar, mantener o terminar una relación; el segundo aspecto clave es aprender a relacionarnos en forma positiva con las personas con quienes interactuamos a diario en el trabajo, en la escuela, y otros espacios. Relaciones:
3
Implica que desarrollemos la capacidad de comunicar nuestros puntos de vista y necesidades emocionales a los demás de manera adecuada y efectiva.
4
Manejarlos requiere del deseo de encontrar una mejor reestructuración para el futuro de la relación, no solo para su solución inmediata o a corto plazo.
5
Esta habilidad nos ofrece herramientas para evaluar las diferentes posibilidades en juego, teniendo en cuenta necesidades, valores, motivaciones, influencias y posibles consecuencias presentes y futuras, tanto en la propia vida como en la de otras personas. Toma de:
6
Es el tipo de inteligencia que nos permite mirar positivamente hacia el futuro y reparar los sentimientos negativos antes de que nos hagan caer en la ansiedad y la depresión.
7
Este tipo de pensamiento es la capacidad para idear algo nuevo, relacionar algo conocido de forma innovadora o apartarse de esquemas de pensamiento o conducta habituales.
8
Desarrollar este tipo de pensamiento abre abanicos de posibilidades, dejando atrás la idea de que las cosas son blancas o negras, positivas o negativas. Da paso a los matices y propone ver más de dos veces, preguntar, escuchar, dudar.
9
Es una capacidad innata que tenemos las personas para tender puentes hacia universos distintos al propio, para imaginar y sentir cómo es el mundo desde la perspectiva de la otra persona.
10
Esta habilidad permite identificar las fuentes de tensión en la vida cotidiana, saber reconocer sus distintas manifestaciones y encontrar vías para eliminarlas o, al menos, contrarrestarlas de manera saludable. Manejo de tensión y: