Mientras
yo
hablaba
,
se
había
desabrochado
el
____________________
.
La
mano
derecha
estaba
en
el
bolsillo
del
saco
.
Algo
me
señalaba
y
yo
sentí
que
era
un
____________________
.
Entonces
me
dijo
con
voz
firme
:
-
Para
entrar
en
su
casa
,
he
recurrido
a
la
____________________
.
Lo
tengo
ahora
a
mi
merced
y
no
soy
____________________
.
Ensayé
unas
palabras
.
No
soy
un
hombre
____________________
y
sólo
las
____________________
podían
salvarme
.
Atiné
a
decir
:
-
En
verdad
que
hace
tiempo
____________________
a
un
____________________
,
pero
usted
ya
no
es
ese
niño
ni
yo
aquel
____________________
.
Además
,
la
____________________
no
es
menos
vanidosa
y
____________________
que
el
____________________
.