Son la materia prima de las células y tejidos, y producen hormonas.
Proporcionan energía y forman bajo la piel una capa de tejido que conserva el calor del cuerpo.
Combate el estreñimiento y las enfermedades intestinales.
Son la mejor fuente de energía para el crecimiento, el mantenimiento y la actividad física y mental.
Regulan los procesos químicos del cuerpo y ayudan a convertir las grasas en energía.
Ayudan a construir los huesos y controlan el equilibrio líquido y las secreciones glandulares.