Erich Ludendorff fue Adjunto del Jefe del Estado Mayor alemán. Brazo derecho de Hindenburg, era quien realmente llevaba el peso de la estrategia alemana en la guerra. Jugó un papel decisivo en las negociaciones del Tratado de Brest-Litovsk, en 1918, muy favorable para Alemania, por el cual Rusia abandonaba la guerra.
Woodrow Wilson, presidente de Estados Unidos desde 1913 hasta 1921. Es conocido por su promulgación de los Catorce Puntos, por los cuales se había de regir la paz en Europa tras el final del conflicto. Sus principios estribaban en la autodeterminación de los pueblos y la cooperación internacional para dirimir los conflictos pacíficamente.
Archiduque de Austria Francisco Fernando. Su asesinato provocó la reacción en cadena que desembocó en la Primera Guerra Mundial.
Lloyd George, primer ministro británico desde 1916 hasta 1922. Contribuyó a dejar una impronta antigermana en el Tratado de Versalles y estimuló el Estado de bienestar británico tras la guerra.
Paul Von Hindenburg comenzó la guerra como comandante en jefe del VIII ejército del frente oriental. Tras la victoria en la batalla de Tannenberg en 1914, comenzó a adquirir cada vez más relevancia y a ocupar un puesto preponderante en el Estado Mayor alemán.
Nicolás II, zar de Rusia. Decidió apoyar militarmente a Serbia y, en un principio, cosechó importantes logros militares frente a Austria-Hungría. Sin embargo, se vio obligado a frenar su avance por petición de los franceses. Su reinado acabó nublado por la sombra de Rasputin y una presión creciente de la sociedad rusa, que lo obligó a abdicar en febrero de 1917.
Guillermo II, káiser de Alemania. Su papel en el conflicto fue progresivamente tornándose irrelevante debida a sus nulas aptitudes para el mando militar. Tanto es así que Alemania se convirtió de facto en una dictadura militar dirigida por sus generales. Hacia el final de la guerra, el descontento generalizado produjo motines y rebeliones contra su poder, por lo cual se vio forzado a abdicar en 1918.
