Aunque su población disminuyó considerablemente por la Conquista de México, las epidemias y los maltratos que padecieron, los indígenas fueron el sector más numeroso de todos. Durante la Colonia preservaron parte de su organización social, así como sus costumbres y tradiciones.
Los peninsulares ocupaban los principales puestos gubernamentales y eclesiásticos y tenían bajo su poder el monopolio del comercio ultramarino.
Los mestizos fueron la casta más numerosa de todas, pues descendían de la mezcla entre españoles e indígenas. Solían trabajar en pequeñas industrias conocidas como obrajes o como mozos, mayordomos y sirvientes de españoles y criollos.
La mezcla entre españoles, indígenas, negros y asiáticos originó a una gran cantidad de castas que fueron estratificadas, según sus orígenes étnicos. Tener un padre español o criollo suponía mayores ventajas que de ser negro o indígena.
Los criollos eran hijos de españoles, nacidos en Nueva España. Aunque ocupaban una posición privilegiada, eran excluidos de los principales cargos políticos y religiosos.
Los individuos provenientes de África fueron traídos por los europeos en condición de esclavos para las labores físicas más arduas y extenuantes de todo el virreinato, como las relacionadas con haciendas, minas e ingenios de azúcar.
