• La aparición de partidos políticos —conservador y liberal— y la alternabilidad de ambos.
Este ideario se puso en práctica en gran parte gracias a las conquistas de Napoleón, quien llevó a los demás países europeos al constitucionalismo, las asambleas políticas y los gobiernos que debían rendir cuentas a las asambleas y a los ciudadanos.
Reino Unido y EE. UU, aplicaron cada vez con mayor claridad los principios liberales.
La soberanía para gobernar reside en el pueblo.
• Los ciudadanos tienen derechos inalienables.
• La conformación de un congreso o parlamento capaz de equilibrar al poder que el Ejecutivo ejercía.
La importancia de las clases medias.
La preponderancia de una religión individualista y la capacidad de asimilar reformas paulatinamente para evitar que se desataran revoluciones.
En Francia se impulsó una educación dirigida desde el Estado y que incluía a la mayor cantidad de niños y jóvenes.
• El individuo es libre en su pensamiento, conciencia y acciones económicas.
Una temprana aplicación de los ideales liberales en cuanto a los derechos ciudadanos.
• El poder político debe ejercerse en el marco de la ley y, para ello, es necesario que cada país tenga una carta magna o constitución.