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1. 
• Antonio está en su casa, sentado en el sofá del salón. La tele está encendida, pero tiene el volumen muy bajo pues nadie la está viendo. Antonio se acaba de sentar a descansar cuando de repente recuerda algo que le ha ocurrido en el cole y siente muchas ganas de contárselo a sus abuelos. ¿Qué creéis que hace?
A.
Como no están allí, se resigna y piensa: ¡ya hablaré con ellos otro día!
B.
Decide llamarlos por teléfono para hablar con ellos, aunque no sea en persona
2. 
• Cuando va a llamarlos por teléfono se da cuenta de que no se sabe el número. ¿Qué creéis que hace?
A.
Se levanta y busca a su madre (o al adulto que está en casa) para preguntárselo, lo apunta en un papel y se vuelve al salón para llamar desde allí
B.
Está tan cómodo en el sofá que no tiene ganas de levantarse a buscar el número y piensa que , en verdad, no tiene tantas ganas de hablar con los abuelos
3. 
• ¡Ya ha conseguido el número! Antonio está tan nervioso porque por fin va a poder contarles lo que le ha ocurrido en el cole, que coge como loco el teléfono y empieza a marcar. Entonces, ¿qué creéis que hace?
A.
Se deja llevar por los nervios y las prisas y, sin darse cuenta, se equivoca al marcar el número. Cuando comprueba que le contestan desde otra casa que no es la de sus abuelos exclama “¡perdón!” y cuelga pensando: “¡Jo, pes no voy a poder hablar hoy con los abuelos!”
B.
Se relaja un momento, pues piensa que si marca así, a lo loco,… lo más probable es que se equivoque. Se sienta tranquilo en el sofá y marca el número despacio y concentrado
4. 
• Ya da la señal el teléfono y cuando están a punto de contestar, Antonio se da cuenta de que en la tele (que llevaba todo este rato encendida, pero con el volumen muy bajo, porque nadie la estaba viendo) están sus dibujos animados y favoritos. ¿Qué creéis que hace?
A.
Aunque le encantan esos dibujos animados, Antonio piensa que es más importante hablar con sus abuelos y que si deja la tele puesta se va a distraer y no va a poder hacerlo. Así que, aunque le cuesta hacerlo, a la vez que atiende el teléfono, coge el mando de la tele y la apaga.
B.
No puede resistir las ganas de verlos y, a la vez que atiende al teléfono, coge el mando de la tele y sube el volumen. Sus abuelos contestan a la llamada telefónica, pero Antonio está tan distraído con los dibujos animados que no recuerda bien lo que les quería contar, ni se entra de lo que les están diciendo sus abuelos, de manera que, al final, decide pasarle el teléfono a su madre “¡Mamá, los abuelos al teléfono!”. Así que, aunque consigue contactar con ellos, no consigue HABLAR en realidad con ellos