JESÚS CALMA LA TEMPESTAD
Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo.
JESÚS CAMINA SOBRE LAS AGUAS
LA BODA DE CANÁ
“Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud. Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: “Señor, si quieres, puedes purificarme”. Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda purificado”. Y al instante quedó purificado de su lepra.
LA RESURRECCIÓN DE LA HIJA DE JAIRO
¡Solamente Dios puede perdonar pecados!”. Jesús, que al instante se dio cuenta de lo que estaban pensando en su interior, les preguntó: ¿Por qué estáis pensando eso? ¿Qué es más fácil? ¿Decir al paralítico: “Tus pecados quedan perdonados”, o decirle: “Levántate, recoge tu camilla y anda”?
¿Por qué alborotáis y lloráis? La muchacha no está muerta, sino duerme. Entró donde estaba la muchacha. Y tomando la mano de la muchacha, le dijo: Muchacha, a ti te digo, levántate.
Jesús terminóJesús le dijo a Pedro: Lleva la barca a la parte honda del lago, y lanza las redes para pescar. Pedro respondió: Maestro, toda la noche estuvimos trabajando muy duro y no pescamos nada. Pero, si tú lo mandas, voy a echar las redes.
LA CURACIÓN DE UN LEPROSO
Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala».
LA PESCA MILAGROSA
El ciego, arrojando su capa, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti? Contestó el ciego: Maestro, que vuelva a ver. Jesús le dijo: Puedes irte. Tu fe te ha salvado.
Despertándose, increpó al viento y dijo a las olas: «¡Tranquilo! ¡Calmaos!». El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo a sus discípulos: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Cómo es que no tenéis fe?». Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?».
LA CURACIÓN DEL PARALÍTICO
Con una pequeñísima cantidad de alimento, fue capaz de dar de comer a toda una multitud
LA MULTIPLICACIÓN DE PANES Y PECES
LA CURACIÓN DEL CIEGO BARTIMEO
LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO
LA CURACIÓN DE UN SORDOMUDO
Después de encontrarse con Marta y María, Jesús va con ellas a la tumba de Lázaro, que es una cueva con una gran piedra que tapa la entrada. Una vez allí, ordena: “Quiten la piedra”. Entonces Jesús levanta la mirada al cielo, después, grita con fuerza: “¡Lázaro, sal!”. Y Lázaro sale.
Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: « Effatá », que quiere decir: « ¡Abrete! » Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente.