Donar la ropa en desuso o buscar ideas para renovarla.
Comprar botellas de refrescos con envases retornables.
Dar un nuevo uso a recipientes de cristal, plástico y metal; por ejemplo, floreros, macetas o envases para guardar algo.
Reducir el consumo de papel usándolo por ambas caras.
Clasificar los desechos inorgánicos en vidrio, metal, plástico y Tetra Pak, para que sea más sencillo reciclarlos.
Preguntarse antes de comprar un producto si realmente es necesario y cuál es su utilidad.
Separar los desechos en orgánicos e inorgánicos, ya que ambos pueden ser reciclados.
Comprar productos que contengan empaques biodegradables o reutilizables.
Reutilizar bolsas de regalo que estén en buen estado
Reducir el consumo de energía eléctrica apagando la luz y los aparatos cuando no se usen y colocando focos ahorradores
Comprar productos fabricados con materiales que se puedan reciclar. También se pueden adquirir productos reciclados.
