Sus escritos proporcionaron las nociones centrales de la psicología autóctona de EEUU: el funcionalismo.
En éste criticaba la idea asociacionista tradicional del arco reflejo (E=idea =R), que según él dividía artificialmente la conducta en partes inconexas.
No negó la existencia de los estímulos, sensaciones (ideas) y respuestas, pero no admitía que fueran acontecimientos separados.
Consideraba que los estímulos, ideas y respuestas eran divisiones de trabajo dentro de una coordinación general de la acción en el proceso de adaptación del organismo a su entorno.
Consideró la sensación no como registro pasivo de una impresión sino como una conducta que interactúa de forma dinámica con otras conductas que surgen al mismo tiempo.
Afirmaba que es la "conducta en curso" la que otorga a la sensación su significación y determina que un estímulo llegue a convertirse en sensación.
Cuando la conducta tiene que coordinarse con la realidad de alguna forma nueva es cuando aparecen la sensación y la emoción.
Desarrolló su propia concepción pragmática de la conciencia: el instrumentalismo. Su teoría motora seguía a Hume al prescindir del yo y seguía a Munsterberg al prescindir de la voluntad.
En su concepción progresista el yo no existía en la naturaleza sino que era una construcción social.
Su escrito de mayor importancia fue: "El concepto de arco reflejo en psicología", pues demostró que la psicología podía prescindir del yo central provisto de voluntad del idealismo.
