Salí de mi casa, pisé una grada, me giré para atrás y no vi nada.
En Granada hay un convento y más de mil monjas dentro con hábito colorado; cien me como de un bocado.
Me conocen en la guerra, mi nombre es de capital, si me pones en la mesa seguro que he de gustar.
Una madre con cien hijas y a todas pone camisas.