1
En este sencillo juego, los jugadores acumulan cartas de ciertos tipos de vagones que les permiten conectar diferentes ciudades a lo largo y ancho de Norteamérica. Mientras más largos son los recorridos, más puntos se ganan. Se trata de unir con redes ferroviarias diferentes ciudades en un viaje sin moverte del salón.
2
El objetivo es crear un mazo que sea más poderoso que el de tu oponente a partir de una dinámica de construcción
3
Poco a poco vamos montando el paisaje de la villa francesa con caminos, castillos y monasterios con los que iremos reuniendo puntos de victoria gracias a nuestros aldeanos. Rápido y adictivo, un tanto azaroso, pero en el que conviene tener una estrategia.
4
Un dungeon crawler de manual en el que podemos jugar bien en modo casual o en modo campaña. A partir de aquí lo que hagamos en una partida nos perseguirá en lo siguiente. Quizá asuste tener un libro de reglas que parece Dungeons & Dragons más que un juego de mesa, pero merece mucho la pena.
5
es un juego de alta complejidad en el que nos ponemos en la piel de un granjero que, tras una terrible hambruna, comienza de nuevo intentando prosperar en sus tierras.
6
Un juego de velocidad, memoria y astucia en el que diseñar la propia comida con cartas con toque japonés. Tiene cierto aire a póker descubierto. Las cartas, con dibujos de platos japoneses, deben combinarse para obtener la mejor puntuación.
7
Este es un juego que tiene un objetivo claro: infectar al resto de jugadores a base de lanzarles naipes con enfermedades