Pérdida total del grosor de la piel con lesión o necrosis del tejido subcutáneo.
Pérdida parcial del grosor de la piel que afecta la epidermis, o ambas.
Pérdida total del grosor de la piel con necrosis del tejido o daño muscular.
Enrojecimiento persistente a pesar de la eliminación de compresión.