17.
El tercer Estado, también conocido como el Estado llano, estaba compuesto por el resto de la población de Francia: ricos o pobres, que no fueran clérigos de la Iglesia Católica ni parientes de los nobles; representaban el 98% de los habitantes de este país. En este grupo había desde adinerados banqueros y comerciantes hasta los más humildes campesinos, pasando por los artesanos, abogados, maestros, pequeños propietarios de tierras, tenderos, sirvientes, albañiles y muchas otras personas. En conjunto, el tercer Estado era dueño del 74% de las propiedades de esa nación. Los miembros de este Estado, sin excepciones, estaban obligados a pagar impuestos para financiar las actividades del gobierno monárquico y, simultáneamente, quienes fueran católicos se veían obligados a pagar el diezmo y otras contribuciones a la Iglesia, con el objeto de que ésta pudiera continuar con sus actividades, a pesar de que contaba con innumerables riquezas y propiedades.