Abandonar tu puesto de trabajo de forma injustificada para hacer tus diligencias personales.
Iniciar tu día laboral en la cafetería, mientras te tomas un tinto y revisas tu celular durante un largo tiempo.
Dedicarte a ver videos musicales y revisar tus redes sociales.
Dejar que un compañero interrumpa tus actividades para hablarte de temas que no tienen que ver con tu trabajo.
Comer en el escritorio.