Santo, que era duque de Bohemia, tuvo una existencia breve y agitada. Murió mártir a los 30 años y sufrió las consecuencias que suelen acarrear las distintas creencias de sus padres. Era hijo de los príncipes Wratislao y Dragomira. Su padre, buen cristiano y amante de la paz, murió pronto. Su madre era cruel, vengativa, y fanática pagana.