Tener la prudencia para pensar ante cada compra si es estrictamente necesario.
Limitar al máximo el uso de productos preparados para tirar.
Apagar todas las luces que no estén en uso en la casa.
Apagar el grifo de agua cuando uno está lavando los platos, en la parte que no requiere uso de agua.
Limitar el uso con demasiado envoltorio o embalaje.