Allí donde están, por su actitud, contribuyen al entendimiento, la paz y la convivencia en lo que de ellos depende.
¿Con los SIN... con los CON? ¿NI SIN ni CON?
Practican la empatía. Sienten en carne propia el dolor del que está a su lado, o lejos de él, y se implican para hacer lo que está en sus manos.
Tienen un nuevo estilo de vivir que no busca la felicidad en el tener, el poseer, o el dominar, o el triunfar a toda costa,sino en la calidad de las relaciones humanas que establecen.
Se entrega, se dan, ayudan de corazón, transparentes, disponibles, cercanos, comparten en gratuidad.
Además de exigir justicia a los gobernantes, ellos cumplen con sus obligaciones como ciudadanos, y son justos en su obrar y en sus relaciones humanas.
"La medida de la grandeza de una sociedad está determinada por la forma en que trata a quien está mas necesitado, a quien no tiene más que su pobreza." (Papa Francisco).
Están llenos de ánimo, esperanza, fuerza, apasionados por la vida, porque tienen vida interior, espacios de silencio... para encontrarse con la fuente de la Vida que habita en su yo profundo.
No dudan en salir en defensa de aquel que está a su lado, o lejos de él, está siendo tratado injustamente o maltratado.
No aceptan que el mundo sea como les interesa a los poderosos. Quieren un mundo donde lo primero sea el bien de todo ser humano. Se movilizan para conseguirlo con pequeñas acciones.
Colaboran activamente con aquellas iniciativas que son una alternativa al injusto sistema económico y comercial, que provoca tanta pobreza y deterioro medioambiental.
Conscientemente han hecho una opción de vida por ser humanitarios, y están comprometidos en organizaciones y acciones humanitarias.
