El niño que se perdió es de tez morena, ojos verdes, mide 1.63 m. y tiene un lunar en el brazo derecho junto al codo.
Luis era alto y tenía una mirada tierna. Cada vez que lo veía yo admiraba como caminaba de manera segura y muy derechito. Su cabello limpio lo hacía verse fresco, en verdad era muy guapo.
-Vamos a golpear a ese perro Ana- -¡Claro que no! ¿que no ves que no puede defenderse?- -Ay Ana, tu no te sabes divertir con cosas nuevas- -Mejor dicho, tú eres una persona que abusa de seres indefensos, debes cambiar tus actitudes y valores-
-Oye paco- Yo tengo mucho miedo de entrar a esa casa abandonada. -Ay Ricardo, si el otro día estuvimos ahí, mira casi estás llorando.- -Paco es que aunque sea medio día se ven sombras adentro- -¡Claro que no! ¡Vamos ya!
-Mammá ¿me dejarás ir al baile de graduación?- -Claro que no, eres fea, nadie querría bailar contigo- -Pero mamá, ¡sólo tu me dices esas cosas!-
Nuestro héroe del cuento es muy fuerte, aun su traje especial la gente podía notar que era un hombre atlético y ágil.
Cuando Fernanda reía daba miedo, pues lo hacía burlándose de la gente que estaba a su alrededor, su mirada se ponía fija y retadora.
El ladrón que atraparon era más bien bajo muy moreno, tenía unas cejas muy pobladas y una cicatriz a un lado de la naríz
Benjamín llegaba de la escuela y después de comer y dormir una siesta hacía su tarea, luego jugaba un rato pero regresaba a su cuarto a leer un rato la novela que tenía pendiente.
Cada vez que mi mamá contaba las historias de su niñez nos daba tristeza, pues hablaba de la gran pobreza que había sufrido pero ella sonreía siempre.
-Mañana van a entregar todos los cuadernos y libros- -Maestro, no los tengo todavía, deme oportunidad para el lunes- -Lo siento, será mañana, ni un día más, lo dicho, dicho está-
La abuela de Mary iba todos los días al orfanato a llevar avena de regreso compraba maíz para alimentar a las palomas del parque.