HABÍA UNA VEZ UN GATO MUY DORMILÓN QUE SE PASABA LOS DÍAS Y LAS TARDES ENTERAS ECHADO EN EL SOFÁ.
AL DÍA SIGUIENTE PUDO VERLO COMO DE COSTUMBRE, DURMIENDO EN EL SOFÁ Y ENTONCES COMPRENDIÓ POR QUÉ EL GATO DORMÍA TODO EL DÍA. TAMBIÉN SE DIÒ CUENTA QUE LA TORTUGA CUIDABA SU SUEÑO DE DÍA.
UNA NOCHE SU DUEÑO TUVO LA IDEA DE IR A BUSCARLO, PARA VER SI TAMBIÉN DORMÍA TODA LA NOCHE. PERO MIENTRAS BAJABA LAS ESCALERAS PUDO VERLO... ESTABA SENTADO FRENTE AL ACUARIO, CUIDANDO EL SUEÑO DE LA TORTUGA. ¡ESO HACÍA TODAS LAS NOCHES!
SU DUEÑO SIEMPRE SE PREGUNTABA QUÉ ES LO QUE HACÌA TODA LA NOCHE EL GATO PARA ESTAR TAN EXHAUSTO. PORQUE NADIE LO VEÍA HACIENDO OTRA COSA QUE NO FUERA DESCANSAR.
SÓLO SE QUEDÒ ALLÌ MIRANDO EN SILENCIO A SU GATO, DESPIERTO Y SERENO ESTABA CUIDANDO EL SUEÑO DE SU AMIGA, LA TORTUGA.
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