Anacronía
Enumeración caótica
Racconto
Flash forward
Flash back
Prolepsis.
Todo lo tiraría: los precios, los catálogos, el azul del océano en los mapas, los días y sus noches, los telegramas viejos, y un amor
Salto al pasado.
Salto al futuro.
“Clara, inmóvil sobre el cajón, no pudo dejar de mirar hasta el final. (...) Se quedó hasta que la rellenaron con emplastos de embalsamador y la cosieron con una aguja curva de colchonero. Se quedó hasta que el doctor Cuevas se lavó en el fregadero y se enjuagó las lágrimas, mientras el otro limpiaba la sangre y las vísceras. (...) El silencio la ocupó enteramente y no volvió a hablar hasta nueve años después, cuando sacó la voz para anunciar que se iba a casar.”
“Irresoluto, el hombre lanzó un suspiro largo y agrio, y dirigió luego una mirada al Escorpión, que estaba sentado junto a Cayetano, al otro lado del escritorio. Ambos investigadores habían ingresado a La Moneda a través del subterráneo, evitando así que los vieran los periodistas que aguardan noticias en el primer piso del palacio.”
“En el mostrador, como todas las noches, emborrachándose, los hombres discutían de máquinas y carrocerías; tomadas del brazo, las mujeres habían atravesado, lentas y susurrantes, el gran salón oscurecido que separaba el bar de los tocadores. Díaz Grey pensó en el sueño o el insomnio del boticario y concejal Barthé, con el dormitorio encima del negocio, en aquella noche de mansa lluvia, justo en el principio de la realización de su viaje ideal civilizador, gordo y horizontal, con blanduras femeninas que rodeaban y suavizaban la cabeza calva en reposo, próximo a la respiración del muchacho empleado. La hora del triunfo, el sí que venía a quebrar doce años de negativas, a cubrir el recuerdo de doce sesiones inaugurales del Concejo con sus monótonos, previstos seis votos en contra, le llegó a Barthé en el sótano de la farmacia, meses atrás, mientras vestido con un largo guardapolvo recién lavado aspiraba el olor de la bolsa de tilo que sostenía abierta el peoncito.”