Al mejor cazador, se le va la liebre.
Candil de la calle, obscuridad de su casa.
A fuerza ni los zapatos entran.
Árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza.
Camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
Más vale maña que fuerza.
En boca cerrada no entran moscas.
El que es buen gallo, donde quiera canta.
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
En boca de mentiroso, lo cierto se hace dudoso.
Aunque tratemos de imitar a una persona, nunca podremos ser como ella.
En la calle es uno amable y servicial, pero en la casa somos intolerantes y no amables.
Cuando una persona miente constantemente, es difícil que se le crea aunque diga la verdad.
Debemos ser prudentes para opinar y así evitaremos problemas.
Por mucha experiencias que se tenga a veces nos podemos equivocar.
Si alguien crece con malos hábitos, cuando sea adulto difícilmente podrá cambiar.
A veces es mejor tener habilidades, ingenio y creatividad que fuerza.
No podemos confiarnos en la vida ante un problema.
No podemos forzar a las personas a realizar las cosas como nosotros queremos.
Las personas que se preparan, pueden desempeñar mejor su trabajo.