Doña
Cebra
y
Doña
____________________
eran
dos
____________________
amigas
,
y
esto
se
comprobó
en
cierta
ocasión
,
en
la
cual
doña
Jirafa
cayó
tremendamente
enferma
de
la
garganta
.
Doña
Jirafa
se
____________________
una
mañana
con
la
garganta
terriblemente
inflamada
;
la
sensación
de
dolor
al
tragar
era
muy
grande
,
y
por
esta
causa
no
podía
comerse
ni
un
triste
grano
de
arroz
.
Al
ver
como
su
salud
empeoraba
,
doña
Jirafa
pensó
que
lo
más
conveniente
sería
avisar
a
su
buena
amiga
Doña
Cebra
,
que
siempre
estaba
pendiente
de
ella
.
¡
Ay
,
Doña
Cebra
!
¡
Qué
mal
me
encuentro
esta
mañana
!
¡
Casi
no
puedo
ni
hablar
!
-
Exclamaba
Doña
Jirafa
dirigiéndose
a
su
____________________
.
Voy
a
ver
el
aspecto
de
esa
garganta
-
Dijo
Doña
Cebra
.
-
¡
Uf
!
Tiene
muy
mal
aspecto
,
de
manera
que
iré
a
la
farmacia
para
ver
qué
pueden
recomendarme
para
este
tipo
de
dolencia
.
Mientras
Doña
Cebra
se
dirigía
a
la
farmacia
en
busca
de
lo
necesario
para
curar
a
su
amiga
,
Doña
Jirafa
decidió
meterse
en
la
cama
,
puesto
que
de
mal
que
se
encontraba
no
podía
ni
estar
de
pie
.
Entre
tanto
,
Doña
Cebra
no
conseguía
encontrar
en
ninguna
farmacia
cercana
medicamentos
suficientes
para
la
garganta
de
su
amiga
,
tan
larga
que
era
,
y
ni
corta
ni
perezosa
decidió
viajar
a
otro
país
con
más
farmacias
.
Era
tanta
su
preocupación
y
su
sentido
de
la
responsabilidad
,
que
a
Doña
Cebra
no
le
importaba
el
medio
,
sino
el
fin
.
Pero
al
desplazarse
a
otro
país
en
busca
de
remedios
para
la
____________________
de
Doña
Jirafa
,
el
viaje
se
alargó
demasiado
y
,
a
su
vuelta
,
Doña
Jirafa
ya
se
encontraba
bien
.
Sin
embargo
,
esto
no
enfadó
a
Doña
Cebra
lo
más
mínimo
,
y
ni
por
la
cabeza
se
le
pasó
el
lamentarse
por
la
inutilidad
de
su
viaje
.
¡
Se
alegraba
tanto
de
ver
a
doña
Jirafa
recuperada
!
La
____________________
amistad
es
un
gigantesco
tesoro
,
y
Doña
Jirafa
tuvo
la
____________________
de
comprobarlo
.