En Coahuila lo típico es prender el carbón y aventar unos cortes al asador. Al final, queda lista con ese toque que le da el carbón de mezquite para comerse así o en tacos. Sus infaltables: frijoles charros, cebollitas cambray, guacamole y salsa molcajeteada.
Lo típico de Chihuahua, sobre todo en Juárez, son los burritos: tortillas de harina enrolladas y rellenas de algún guiso. Los más comunes son los de carne de res con papas y chile rojo, mejor conocido como “colorado”.
El pan de cazón es una especialidad de Campeche, es como una lasaña tropicalizada a la gastronomía campechana de mar y tierra. Se usan tortillas, carne de cazón, frijoles negros y salsa de habanero.
El mole poblano es una especialidad cultural culinaria de la ciudad de Puebla. Originalmente consistía principalmente en una salsa de una gran variedad de ingredientes vertida sobre piezas de guajolote, nombre que se le da en México al pavo doméstico, aunque actualmente es común su uso con pollo u otras carnes, siendo uno de los platillos más representativos de Puebla.
La langosta es un ícono gastronómico de Baja Norte. Su carne es suculenta y se acompaña con arroz blanco, frijoles y tortillas de harina recién hechas.
El lechón es cocido en horno con sus propios jugos, a base de vapor. Se sirve en pieza, en tacos o en torta y se acompaña con guacamole, salsas o chiles serranos en escabeche.
Los “sopitos”, que son tortillas pequeñas y delgadas con un pequeño borde alrededor; se mojan en una salsa de tomates asados con jugo de carne y se fríen en manteca para después rellenarlos con carne de res finamente machacada.
La forma más tradicional en que se prepara es ahumado, son muy conocidos los “toritos”, que básicamente son chiles güeros asados rellenos de marlÍn y queso; en ocasiones, envueltos con tocino.
Es de borrego y se cocina con leña en un pozo. La carne se envuelve en pencas de maguey; eso y la cocción lenta es lo que le da ese sabor peculiar y esa textura para que se deshaga en tu boca. Se come en tacos con limón, cebolla, cilantro y salsa verde con rábano picado.
Es carne de cerdo frita en su propia manteca. Se preparan en cazo de cobre y se sirven con tortillas de maíz, cebolla, cilantro y su salsa. De bebida le combina perfecto el tepache.