4
1
Alábete el extraño, y no tu propia boca; El ajeno, y no los labios tuyos.
2
Mejor es reprensión manifiesta Que amor oculto.
5
Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.
Cruel es la ira, e impetuoso el furor; Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?
6
Pesada es la piedra, y la arena pesa; Mas la ira del necio es más pesada que ambas.
No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.
3