Microscopio de Galileo Galilei
El nocturlabio o reloj nocturno
El telescopio de Galileo
Cartografía en el siglo XVI
Reloj mecánico
En el siglo XVI, muchos cartógrafos elaboraron mapas que iban incorporando la creciente información que aportaban los navegantes y los exploradores de la época, entre ellos merece especial mención Abraham Ortelius (1527-1598), un cartógrafo flamenco que publicó el primer atlas moderno.
Este microscopio (20 cms. de alto por 5,5 cms de diámetro) posee un cilindro externo de cartón, forrado de cuero verde, que alberga en el extremo inferior la lente objetivo.
Galileo fue uno de los primeros en enfrentar las dificultades que surgían de la lucha de la ciencia contra la tiranía del sentido común. El gran mensaje del telescopio no era lo que ponía de manifiesto en los objetos de la Tierra, que Galileo podía ir y comprobar en persona a simple vista, sino la infinidad de “otros objetos” que no podían ser examinados en persona, o ser vistos por el ojo humano desprovisto de ayuda.
El reloj fue uno de los instrumentos que Galileo contribuyó mucho a perfeccionar, Al final del siglo XV se introdujo en Nuremberg el primer reloj movido por un resorte en vez de por pesos, y esto permitió el invento del reloj de bolsillo, como, por ejemplo,
El nocturlabio o reloj nocturno indicaba la hora local verdadera. Estaba basado en la observación de un fenómeno astronómico: la circunferencia que en torno a la estrella Polar describen sus “guardas”, especialmente la estrella Beta de la Osa Menor o Cochab, moviéndose en el sentido contrario de las agujas de un reloj mecánico..