La inversión en equipos de alta eficiencia energética en las viviendas o para el aprovechamiento de energía renovable, tienen una alta rentabilidad económica para los hogares.
La ejecución de medidas de ahorro y uso eficiente de la energía, junto con el aprovechamiento de energías renovables, incrementa la actividad económica.
El ordenamiento urbano e infraestructura vial, así como del manejo de agua y residuos, mejora el aspecto de las ciudades y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.
Mejorar el suministro y/o uso final de la energía en equipos, inmuebles y sistemas, permitirá mitigar la presión en las finanzas públicas.
El uso de energías limpias en el contexto urbano mejora la calidad del aire e incide en el bienestar de los habitantes, lo cual beneficia la economía de las familias.
Las mejoras en los combustibles, en el manejo del agua y de los residuos y el aprovechamiento de la energía solar, atienden las peticiones de la población respecto al cuidado del ambiente.