Oyeron gritos desde la copa de una árbol
El labriego salió a devolverlas y sellaron con una gran roca la cueva
Todos iniciaron la búsqueda río arriba
Este amenazo con secuestrar a la niña si no devolvían las monedas
Las otras dos fueron vendidas al joyero
En una vereda del extinto municipio de Mallorquín
Al medio salió la buena señora
Organizaron una reunión familiar de bienvenida para la niña
La niña había desaparecido
consumieron con avidez el almuerzo
De pronto salió de la tierra un extraño personaje
El joyero recibió una repentina visita del extraño personaje
El tendero y el joyero soñaron con ese extraño personaje
Las tiraba al río para ver si alguien las encontraba
Un día marchó el labriego
se sentaron a la sombra de un gigantesco árbol
En la casa quedó la señora
Escribió mensajes de auxilio en cientos de hojas del roble