Créer une activité
Jouer Relier Colonnes

Variedad de libros en la institución educativa.

Desinterés de los padres: interés del hijo.

Docentes comprometidos con la lectura.

Medios masivos de comunicación.

Desde casa: el ejemplo de los padres.

Ausencia de libros.

Disposición de los docentes.

Tareas en exceso.

Los programas de estudio.

En cualquier nivel educativo, no es lo mismo situarse frente a un docente que solo asiste a un salón de clases para cumplir cierto número de horas o un programa educativo, en contraparte, esta quien inclusive en extraturno realizan círculos de lectura.

Cuando en una escuela existe una gran variedad de libros, pero, si los maestros no les muestran a los alumnos las virtudes de abrir un libro, difícilmente lo harán por su cuenta.

La primera forma de aprender a convivir es imitando. Cuando los padres muestran interés por la lectura, es más sencillo involucrar a sus hijos en este mundo.

Si el alumno no tiene a su alcance libros que le resulten atractivos y entretenidos el esfuerzo realizado por otros será escaso.

Para un alumno que no está involucrado con la lectura, el hecho de que un profesor demande tantas tareas para un día específico es sinónimo de aburrimiento y trabajo forzado.

Ante el gusto por la lectura de un hijo, si los padres muestran desaprobación, el primero concebirá esa acción como inadecuada o probablemente la conservará y, buscará congeniar con personas que compartan sus intereses.

Ha crecido la idea que entre la lectura y los medios masivos de comunicación, es mejor y más confiable mirar la televisión y escuchar radio que leer un libro para obtener información.

Docentes que administran el tiempo de sus materias con el fin de reservar un breve espacio para el fomento de la lectura.

La aplicación de los mismos programas educativos y formas de evaluar, tal vez no sea la mejor idea que se ha materializado.