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Jouer Relier Colonnes

Bacán

Oso Carmuco

Los Buzos

El Presidente

Momboñombo

Latas de metal vacías

Única

Don Retana

Zopilótes

La Llorona

Se ignora su nombre. Tenía un hijo; pero lo dejó solo un momento mientras buceaba, y el mar de la basura se lo tragó. Después encuentra un muñeco al que cuida y mima como si fuera su hijo.

Son peces de aluminio.

Son gente de a bordo, que sacan de la basura lo necesario para vivir. Marchan en contra del abandono que le da el gobierno. Pero son reprimidos al ser bañados con agua.

Eran gaviotas negras.

Hace caso omiso de las peticiones que le hacen los que viven en el relleno sanitario. No responde las cartas que le envía Momboñombo.

Es un marinero viejo, amigo de Única y de Momboñombo. Su figura intensifica el tema de la tercera edad: de la vejez desamparada y la soledad y a veces, el abandono en que queda el anciano.

Es maestra pensionada. Fue segregada y tuvo que pensionarse por carecer de título, en consecuencia, con una pensión insuficiente para vivir; se casa con Momboñombo y adopta al Bacán.

Es un muchacho alegre, jovial, algo charlatán; se ordena sacerdote del botadero de basura de Río Azul. Dirige la ceremonia y casa a los novios.

Encuentra apoyo en Única, quien lo adopta y lo enseña a leer. Murió por un ataque de tos, ya que era asmático y en la manifestación lo mojaron.

Ha sido guardia de construcciones y de la Biblioteca Central, pero fue destituido por denunciar errores de su jefe inmediato. Por lo que se bota a la basurero.