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Lo que persigue este, modelo creado según los componentes del Proyecto Cero en la Universidad de Harvard, en cuyo grupo de investigadores participaron David Perkins, Howard Gardner y Carlos Eduardo Vasco, es el desarrollo de la comprensión del conocimiento con base en diferentes tipos de inteligencias.
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El objetivo es la construcción del conocimiento alrededor de la estructuración de nociones, conceptos y estructuras tanto cognitivas como expresivas y afectivas. Se pretende que el estudiante de este modelo se forme fundamentalmente en tres grandes dimensiones: la intelectual, la afectiva y la expresiva.
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El objetivo de este modelo es adiestrar a los alumnos, ya que estos son una tabula rasa que necesita ser llenada con lo que la escuela, y en ella los docentes, sabe qué es conveniente que ellos (los niños) aprendan. El fin es la recitación de memoria, las conductas rígidas impuestas desde las cátedras altivas de los docentes.
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El fin principal de este modelo pedagógico es la formación de conocimientos a partir de la experiencia o la actividad, que no necesariamente es una actividad física, sino que también se refiere, como diría Dewey (1947), a una actividad de tipo mental, en la que el estudiante ejercite su pensamiento e integre distintas áreas a través de la experiencia.
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El objetivo de este modelo pedagógico creado a mediados de los años setenta en Colombia por Vicky Colbert consiste en dar formación integral a los niños y jóvenes, en especial, de los niveles de la educación básica primaria y de los sectores rurales del país.
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Apunta a la conservación de un estilo de educación en el que la transmisión es el centro de la actividad pedagógica, basada en la información que el docente lleva al estudiante y que este acata sin interpelación alguna.
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Para éste modelo la evaluación es eminentemente cuantitativa; prepondera la calificación numérica a manera de premio y castigo: “si estudias la lección y aciertas con las respuestas obtienes buenas notas, si te portas bien consigues recompensa”. Todo producto debe ser medible y cuantificable; de hecho, hoy hay quienes que afirman que lo que no se puede medir no existe
